sábado, 24 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (57)


EL BUITRE

Era mi concuñada, yo llevaba más de un año casado, un día mi esposa me contó que su cuñada le había mostrado unas revistas pornográficas que le había prestado una amiga y eso despertó de inmediato al pervertido hay en mí. Yo conocía sus horarios así que comencé a hacerme el encontradizo con ella en la calle, conversábamos mientras llegábamos a su casa, de a poco me fui ganando su confianza, y comenzamos a hablar de sexo, todo esto muy de a poco, pasaron semanas en este avance sutil. Hasta que un día tocamos el tema de las revistas porno y conseguí que ella me prestara las que tenia. Por supuesto que mi esposa no supo nada de todo esto, de las conversaciones o del préstamo de las revistas cochinas. De manera que las tuve varios días y me hice muchas pajas mirándolas, y lo que más me calentaba era saber que ella las había visto. Por ese tiempo también sucedió que su marido se enredó con otra mujer y yo iba sabiendo por mi esposa de todos los problemas que tenían como matrimonio. Esa relación de mi cuñado duro muchos años. Después yo me fui a trabajar otra provincia, y cuando veníamos a la ciudad en vacaciones, yo volvía a encontrarme con ella de vez en cuando. Pero no pasaba nada, no me atrevía a insinuarme aun. Hasta que en uno de esos viajes, no recuerdo bien como, la invite un día a ir al cine, ella aceptó de inmediato, estaba pasando por una fuerte crisis matrimonial, hacia poco que había sabido que su marido tenia un hijo con la otra mujer. Así que al otro día en la tarde nos juntamos en el centro y entramos a ver La Rosa Púrpura del Cairo, no alcanzamos a ver la película completa, en la mitad comenzamos a tomarnos las manos, después vinieron los besos y las caricias, y de ahí salimos del cine y nos fuimos a un hotel para parejas cercano. Recuerdo que cuando estuvimos solos en la habitación nos besamos un poco, pero yo estaba apurado por desnudarnos para que no me quedara la ropa pasada a perfume. Recuerdo sus grandes tetas, ufa! muy grandes!, se las mamé mucho, ella ya era bastante gorda así que mi pico casi no alcanzaba a entrar en su chucha!, pero culíamos bien, tranquilos y sin remilgos de su parte. Creo que ella quería vengarse de su marido. No recuerdo cuantas veces más nos juntamos a culpar en otros viajes, pero creo que no fueron muchas veces. Sí recuerdo una vez más por lo menos, en que fuimos a un hotel raro, más bien era una casona antigua donde arrendaban piezas por horas. En ese tiempo yo no tenía automóvil, y no conocía de hoteles parejeros. Recuerdo que allí tenían televisión con videos porno, y estuvimos viéndolos, y masturbándonos mutuamente, ella estaba más gorda aun, demasiado, le pedí que me chupara el pico, le mamé las tetas, la masturbé, no se si acabé pene-trándola o haciéndome la paja, igual ella, la cosa es que parece que ya no me gustó, así desde ahí ya no volvimos a juntarnos nunca mas. Hasta el día de hoy. Yo venia a la ciudad una vez al año. Así que si la memoria no me falla solo culíamos esas dos veces. Nunca hemos conversado de eso, y en las fiestas familiares jamás nos hemos mirado o conversado de forma distinta a dos concuñados santos y normales. Ella vive con mi cuñado, las cosas se han calmado y al parecer ahora están bien como matrimonio.

Tu Vizconde  aprovechado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario