EL BUITRE
Era mi concuñada, yo llevaba más de un año casado, un
día mi esposa me contó que su cuñada le había mostrado unas revistas pornográficas
que le había prestado una amiga y eso despertó de inmediato al pervertido hay
en mí. Yo conocía sus horarios así que comencé a hacerme el encontradizo con
ella en la calle, conversábamos mientras llegábamos a su casa, de a poco me fui
ganando su confianza, y comenzamos a hablar de sexo, todo esto muy de a poco,
pasaron semanas en este avance sutil. Hasta que un día tocamos el tema de las
revistas porno y conseguí que ella me prestara las que tenia. Por supuesto que mi
esposa no supo nada de todo esto, de las conversaciones o del préstamo de las
revistas cochinas. De manera que las tuve varios días y me hice muchas pajas
mirándolas, y lo que más me calentaba era saber que ella las había visto. Por
ese tiempo también sucedió que su marido se enredó con otra mujer y yo iba
sabiendo por mi esposa de todos los problemas que tenían como matrimonio. Esa
relación de mi cuñado duro muchos años. Después yo me fui a trabajar otra
provincia, y cuando veníamos a la ciudad en vacaciones, yo volvía a encontrarme
con ella de vez en cuando. Pero no pasaba nada, no me atrevía a insinuarme aun.
Hasta que en uno de esos viajes, no recuerdo bien como, la invite un día a ir
al cine, ella aceptó de inmediato, estaba pasando por una fuerte crisis
matrimonial, hacia poco que había sabido que su marido tenia un hijo con la
otra mujer. Así que al otro día en la tarde nos juntamos en el centro y
entramos a ver La Rosa Púrpura del Cairo, no alcanzamos a ver la película
completa, en la mitad comenzamos a tomarnos las manos, después vinieron los
besos y las caricias, y de ahí salimos del cine y nos fuimos a un hotel para
parejas cercano. Recuerdo que cuando estuvimos solos en la habitación nos
besamos un poco, pero yo estaba apurado por desnudarnos para que no me quedara
la ropa pasada a perfume. Recuerdo sus grandes tetas, ufa! muy grandes!, se las
mamé mucho, ella ya era bastante gorda así que mi pico casi no alcanzaba a
entrar en su chucha!, pero culíamos bien, tranquilos y sin remilgos de su
parte. Creo que ella quería vengarse de su marido. No recuerdo cuantas veces más
nos juntamos a culpar en otros viajes, pero creo que no fueron muchas veces. Sí
recuerdo una vez más por lo menos, en que fuimos a un hotel raro, más bien era
una casona antigua donde arrendaban piezas por horas. En ese tiempo yo no tenía
automóvil, y no conocía de hoteles parejeros. Recuerdo que allí tenían
televisión con videos porno, y estuvimos viéndolos, y masturbándonos
mutuamente, ella estaba más gorda aun, demasiado, le pedí que me chupara el
pico, le mamé las tetas, la masturbé, no se si acabé pene-trándola o haciéndome
la paja, igual ella, la cosa es que parece que ya no me gustó, así desde ahí ya
no volvimos a juntarnos nunca mas. Hasta el día de hoy. Yo venia a la ciudad
una vez al año. Así que si la memoria no me falla solo culíamos esas dos veces.
Nunca hemos conversado de eso, y en las fiestas familiares jamás nos hemos
mirado o conversado de forma distinta a dos concuñados santos y normales. Ella
vive con mi cuñado, las cosas se han calmado y al parecer ahora están bien como
matrimonio.
Tu Vizconde
aprovechado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario