domingo, 3 de noviembre de 2013

EPILOGOS


“La vida siempre se está viviendo en tres dimensiones; en la memoria, en la realidad y en la imaginación”. Summa Atica, Varelio. 

SACRILEGIO BIBLICO

El falo de Dios y la bendición sustentada testicularmente. Natanael Disla. (i)

En estos últimos días he estado leyendo varios pasajes: Apocalipsis 19:16, en donde se narra la Primera Visión apocalíptica del jinete del caballo blanco; Génesis 24:2, en donde se narra la historia de Abrahán y su criado. En donde el primero le pide que le ponga las manos debajo del muslo y le haga un juramento. Este rito de poner las manos cerca de los órganos de la reproducción podría simbolizar solemnidad y no faltar a la palabra ante un juramento. Igualmente se repite la misma acción en Génesis 47:29, esta vez de mano de Israel (Jacob). Me pregunto entonces, ¿qué tiene que ver en la cultura judía patriarcal, el muslo con los genitales? Si nos fijamos en Éxodo 28:42, vemos que los calzones de lino de los sacerdotes debían llegar hasta los muslos, «tapando así sus partes». Me parece a mí que en la visión apocalíptica el muslo del jinete blanco se hace referencia al falo masculino, teniendo tatuado en él «Rey de reyes y Señor de señores», como principio de una nueva humanidad, en donde ya no hay un rey humano que rija sobre todas y todos, sino que en Jesús la descendencia y la herencia ya están aseguradas. Ese era un gran tema de preocupación para la gente del primer siglo. Los órganos masculinos simbolizan dote, herencia, y por ende bendición.


DESPEDIDA DEL AUTOR

Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad. Tienen plena razón en lo referente a esa mínima parte del universo que son estas cartas. Penes y travestís lo pueblan y la palabra fálicas aturde en el subtítulo, pero bajo los tumultos no hay nada. No es otra cosa que apariencia, que una superficie de imágenes; por eso mismo puede acaso agradar. El hombre que las escribió era asaz contenido, pero se excitó escribiéndolas; ojalá algún reflejo de aquel placer haya alcanzado a los lectores. (ii)

FIN

Notas.-
(i) Natanael Disla. Maestrando en Género y Desarrollo, estudiante de Licenciatura en Ciencias Teológicas y laico bautista. Santo Domingo, República Dominicana.

(ii) Paráfrasis de un fragmento del prólogo a la edición de 1954 de Jorge Luis Borges a su Historia Universal de la Infamia.

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