“La vida siempre se está
viviendo en tres dimensiones; en la memoria, en la realidad y en la imaginación”.
Summa Atica, Varelio.
SACRILEGIO BIBLICO
El falo de Dios y la bendición sustentada
testicularmente. Natanael Disla. (i)
En estos últimos días he estado leyendo varios
pasajes: Apocalipsis 19:16, en donde se narra la Primera Visión apocalíptica
del jinete del caballo blanco; Génesis 24:2, en donde se narra la historia de
Abrahán y su criado. En donde el primero le pide que le ponga las manos debajo
del muslo y le haga un juramento. Este rito de poner las manos cerca de los
órganos de la reproducción podría simbolizar solemnidad y no faltar a la
palabra ante un juramento. Igualmente se repite la misma acción en Génesis 47:29,
esta vez de mano de Israel (Jacob). Me pregunto entonces, ¿qué tiene que ver en
la cultura judía patriarcal, el muslo con los genitales? Si nos fijamos en
Éxodo 28:42, vemos que los calzones de lino de los sacerdotes debían llegar
hasta los muslos, «tapando así sus partes». Me parece a mí que en la visión
apocalíptica el muslo del jinete blanco se hace referencia al falo masculino,
teniendo tatuado en él «Rey de reyes y Señor de señores», como principio de una
nueva humanidad, en donde ya no hay un rey humano que rija sobre todas y todos,
sino que en Jesús la descendencia y la herencia ya están aseguradas. Ese era un
gran tema de preocupación para la gente del primer siglo. Los órganos
masculinos simbolizan dote, herencia, y por ende bendición.
DESPEDIDA DEL AUTOR
Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial
del universo es la vacuidad. Tienen plena razón en lo referente a esa mínima
parte del universo que son estas cartas. Penes y travestís lo pueblan y la
palabra fálicas aturde en el subtítulo, pero bajo los tumultos no hay nada. No
es otra cosa que apariencia, que una superficie de imágenes; por eso mismo
puede acaso agradar. El hombre que las escribió era asaz contenido, pero se
excitó escribiéndolas; ojalá algún reflejo de aquel placer haya alcanzado a los
lectores. (ii)
FIN
Notas.-
(i) Natanael
Disla. Maestrando en Género y Desarrollo, estudiante de Licenciatura en
Ciencias Teológicas y laico bautista. Santo Domingo, República Dominicana.
(ii) Paráfrasis
de un fragmento del prólogo a la edición de 1954 de Jorge Luis Borges a su
Historia Universal de la Infamia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario