sábado, 31 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (59)


LA MANO

Fue ayer en la mañana, como siempre temprano, en ese rato en que todos duermen y yo estoy solo por un par de horas dando salida a mi vicio masturbatorio y a mis fantasías fálicas. Como ya esta siendo usual comencé a buscar videos porno de machos de buenas vergas pajeándose o exhibiéndolas, o de parejas de gay maduros culíando o masturbándose entre ellos, o también de travestís maduras en las mismas situaciones. Y sobretodo que sean amateurs de cuerpos muy normales en actitudes sin poses artificiales, todos lo más real posible. Anduve vagando por los sitios porno que frecuento sin encontrar lo que buscaba. Después de un rato de ver vergas de todo tipo, tamaño, grosor, color, erectas o fláccidas, masturbadas por mano propia o por otra, o masajeadas voluptuosamente sin llegar a eyacular, ya esta por abandonar mi propósito cuando vi algo especial. Se trataba de la imagen de una mano femenina aferrando una pichula como si fuera el mango de un sartén y una mano varonil tocando la vulva de ella. Se alcanzaba a ver un poco de los dos cuerpos desnudos al nivel del abdomen vistos como de lado. Entro a ver el video, y la mano femenina comienza a pajear en esa misma posición de mango de martillo la verga que tiene el glande muy enrojecido con el meato bien marcado en un rojo aun más intenso, está en eso un rato y luego la otra mano de ella va hacía las bolas y las acaricia por debajo, después de un corto momento la saca y sigue pajeando el pico de la misma manera, una de las manos de él va hacia la chuchita y comienza a dedearla suavemente, luego la retira y la mano femenina sigue con su suave pajeo que va aumentando en rapidez muy de a poco, cambia de mano pero sigue tomando y masturbando la verga de frente como un mango, de forma que la cabeza muy roja del pico queda rozando el vientre de ella, hasta que de pronto surgen de la pichula unos tres o cuatro breves chijetes de denso y blanco semen, ella lleva rápidamente su otra mano por abajo para recoger algo de esas gotas de semen, y luego la retira mientras atrae el falo hacia su vientre dejando que el resto de la lechada se esparza entre su ombligo y su vulva, masturbándolo, masajeándolo, ordeñándolo, estrujándolo muy suavemente, el semen lechoso de deposita y escurre en una línea vertical desde el ombligo hasta la chucha, él se mueve cortito varias veces como culiando como para extraer hasta la ultima gotita seminal mientras la mano de ella sigue agarrando el pico, la imagen se oscurece hasta el negro. A todo esto yo me pajeaba deliciosamente mirando la escena, y en un instante de éxtasis máximo mi mano fue tu mano, y tu mano la de ella, y mi verga la de él, y tu mano en mi pichula y mi mano en tu vulva, y el semen derramándose por tu vientre desde tu ombligo hasta tu vulva, y entonces mi semen se derramó por los dedos de mi mano que pajeaban mi pichula en la quieta soledad de la mañana de ayer.
El Vizconde mirón


lunes, 26 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (58)



Como será sentir-gozar-sufrir una lenta y potente y continua pene-tración, voluntaria, aceptada y buscada de un hermoso falo, de erecta y carnal dureza de macho, erguido y orgulloso. Primero ver esa tensa virilidad expuesta con impúdico desparpajo ante mi rostro, los testículos colgante, plenos, los vellos ralos, ensortijados. Ver y oler ese animal en acecho esperando la gozosa y la atragantadora succión, para la intensa y estremecedora masturbación bucal, y luego, antes de la eyaculación verlo presto para la profunda, dolorosa y pene-tración de mi delicada florcita del sur. Ha de ser delgado, no muy largo, duro, de ostentosa venatura, un pene ideal para intentar que me penetre, desvirgue, abuse, violente y viole, y sentir esa sensación distinta a cualquier otra que pueda gozar un macho en su vida sexual, sentir como punza mi ano suavemente, como el glande comienza a hundirse en mi hoyito anal hasta sentir que me abotona cuando la corona cruza mi esfínter, y luego el placer-dolor de la lenta y larga penetración del tallo, hasta que sienta el roce de los testículos en mis nalgas, y luego así empalado dejarme violar, así la desvirgación tiene un sentido mas sumiso, mas femenino, mas de entrega a la violenta posesión del macho. He sentido a lo largo de mi vida adulta dedos, delgadas zanahorias y delgados dildos artesanales infringiéndome la rica humillación de una lúdica sodomía, pero no la potente inserción de un pene verdadero. Para mi lo gay es la relación entre dos hombres, dos machos, pero con contenido emocional o sentimental. En mi caso me sería más fácil relacionarme con una damita travesti porque la veo y la siento como una mujer, una hembra. O si es entre dos machos solo lo acepto como juegos sexuales generados por la calentura. Incluso la penetración misma, ya sea que lo haga yo o me lo hagan, no me llama mayormente la atención. Lo mío es llegar a tocar, mamar, masturbar una verga, a restregar la mía contra otra en una carnal y ardiente esgrima fálica, eso me excita. Aun recuerdo a Mireya, la masajista que me hizo la primera penetración digital, con la mano enguantada en hule y con la otra pajeándome, fue una experiencia decididamente exquisita, con una sensación desconocida, distinta a todas las sensaciones sexuales anteriores. Pero me falta sentir eso que describió tan bien una amiga travestí: “Los embates una vez penetrada, semejan a los movimientos de un perro hacia su hembra. Sus testículos te campanean las nalgas haciendo un sonido repetido como un aplauso al momento y es, ese sonido, con los movimientos que se apresuran en un momento determinado, mas las caricias en los senos y el sentir del aliento de tu macho en tus oídos diciéndote que te esta metiendo su verga lo que hace que llegues a un momento como el que pocos hombres logran conocer.”. Quizás algún día.

Tu Vizconde tentado.

sábado, 24 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (57)


EL BUITRE

Era mi concuñada, yo llevaba más de un año casado, un día mi esposa me contó que su cuñada le había mostrado unas revistas pornográficas que le había prestado una amiga y eso despertó de inmediato al pervertido hay en mí. Yo conocía sus horarios así que comencé a hacerme el encontradizo con ella en la calle, conversábamos mientras llegábamos a su casa, de a poco me fui ganando su confianza, y comenzamos a hablar de sexo, todo esto muy de a poco, pasaron semanas en este avance sutil. Hasta que un día tocamos el tema de las revistas porno y conseguí que ella me prestara las que tenia. Por supuesto que mi esposa no supo nada de todo esto, de las conversaciones o del préstamo de las revistas cochinas. De manera que las tuve varios días y me hice muchas pajas mirándolas, y lo que más me calentaba era saber que ella las había visto. Por ese tiempo también sucedió que su marido se enredó con otra mujer y yo iba sabiendo por mi esposa de todos los problemas que tenían como matrimonio. Esa relación de mi cuñado duro muchos años. Después yo me fui a trabajar otra provincia, y cuando veníamos a la ciudad en vacaciones, yo volvía a encontrarme con ella de vez en cuando. Pero no pasaba nada, no me atrevía a insinuarme aun. Hasta que en uno de esos viajes, no recuerdo bien como, la invite un día a ir al cine, ella aceptó de inmediato, estaba pasando por una fuerte crisis matrimonial, hacia poco que había sabido que su marido tenia un hijo con la otra mujer. Así que al otro día en la tarde nos juntamos en el centro y entramos a ver La Rosa Púrpura del Cairo, no alcanzamos a ver la película completa, en la mitad comenzamos a tomarnos las manos, después vinieron los besos y las caricias, y de ahí salimos del cine y nos fuimos a un hotel para parejas cercano. Recuerdo que cuando estuvimos solos en la habitación nos besamos un poco, pero yo estaba apurado por desnudarnos para que no me quedara la ropa pasada a perfume. Recuerdo sus grandes tetas, ufa! muy grandes!, se las mamé mucho, ella ya era bastante gorda así que mi pico casi no alcanzaba a entrar en su chucha!, pero culíamos bien, tranquilos y sin remilgos de su parte. Creo que ella quería vengarse de su marido. No recuerdo cuantas veces más nos juntamos a culpar en otros viajes, pero creo que no fueron muchas veces. Sí recuerdo una vez más por lo menos, en que fuimos a un hotel raro, más bien era una casona antigua donde arrendaban piezas por horas. En ese tiempo yo no tenía automóvil, y no conocía de hoteles parejeros. Recuerdo que allí tenían televisión con videos porno, y estuvimos viéndolos, y masturbándonos mutuamente, ella estaba más gorda aun, demasiado, le pedí que me chupara el pico, le mamé las tetas, la masturbé, no se si acabé pene-trándola o haciéndome la paja, igual ella, la cosa es que parece que ya no me gustó, así desde ahí ya no volvimos a juntarnos nunca mas. Hasta el día de hoy. Yo venia a la ciudad una vez al año. Así que si la memoria no me falla solo culíamos esas dos veces. Nunca hemos conversado de eso, y en las fiestas familiares jamás nos hemos mirado o conversado de forma distinta a dos concuñados santos y normales. Ella vive con mi cuñado, las cosas se han calmado y al parecer ahora están bien como matrimonio.

Tu Vizconde  aprovechado.

viernes, 23 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (56)


Casandra, debo confesarte un rico pecado, hoy me levanté muy temprano, tenía muchos deseos de pajearme, te busqué y esperé para gozarte en una sesión de cybersexo pero no aparecías, así que me puse a ver videos porno. Busqué mucho en parejas, en pajas de mujeres, en travestís y no encontraba uno que me excitara hasta que encontré un set de videos, eran cinco, de una verga deliciosa. El pico se ve muy rico, grande y grueso pero no excesivamente, tenía un glande rosadito y macizo, y aunque no tenía forrito como me gusta, me calentó mucho porque se veía blanda, no era un pene duro como un palo, sino suave y blandito, no era agresivo, ya que así no podría penetrar mi anito virgen de pico, además, me gustó el cuerpo del macho, gordito, con rollos, lo que lo hace muy normal, común, como cualquier macho que anda por la calle, las bolas eran normales, apegaditas al cuerpo, y la base del tronco de la verga era como hundida. Lo simpático es que el tipo se masturba esas cinco veces en el baño de la oficina, eso le daba un morbo especial a los videos pues había como un riesgo de que lo sorprendieran, es decir había pecado implícito. Los videos son una serie continua, en el primero se sacado los pantalones y abajo solo viste su slip bajo los testículos y arriba aun la camisa y un sweater de típico oficinista, y se masturba con fruición su verga semierecta hasta que saltan los chijetes de lechoso semen. En el segundo está completamente desnudo, la verga va tomando dureza y erección mientras él se pajea rápidamente hasta que el semen escurre como una densa y blanca lava por sus dedos que aun aferran el príapo y lo estrujan hasta última gotita. En el tercero se muestra sentado en la taza del baño pajeándose, el falo erecto pero no endurecido totalmente, lo masturba sin agarrarlo totalmente, por encima solo el pulgar, luego lo mete y lo saca lúdicamente en el cilindro de cartón del papel higiénico y lo sigue pajeando hasta que asoma y escurre la densa leche fálica, lo suelta y el pene va perdiendo lentamente su erección. En el cuarto aparece de pie, de frente, masturbándose, por instantes toma su verga de la base y la balancea, luego sigue pajeándose con vehemencia y rapidez, cambiando a veces de ritmo, luego se toma las bolas mientras se masturba hasta que sale lento el semen que cae de la punta del glande directamente al piso, pare terminar estrujándoselo aun erecto con una sola mano. Y en el quinto y último, se inicia con una mano presionando por encima de la base del tallo fálico, luego comienza a pajearse con la otra mano, y dejando la base se agarra las bolas, deja eso y cambia de mano pajera, se pajea más y más rápido, vuelve a cambiar la mano onanista, hasta que salen unas pocas gotas de leche que caen al piso, termina de estrujarlo y lo suelta, la verga queda sola y bajándose lentamente en los últimos instantes. El macho no hace aspaviento de su delicioso miembro, sino lo trata con cariño y se pajea con mucha naturalidad, con sus dedos, me encanta eso de que no se le ponga  dura. El chorro de semen tampoco es algo excesivo, un buen chijete, al principio pero después son unas gotitas y listo, ese estremecimiento de cuando va a eyacular uf! es divino. En suma, una de las vergas mas ricas que he visto este último tiempo, mientras la miraba la secuencia y me pajeaba me sentía una puta, una hembra lamiendo, masturbando, chupando ese pico, que locuras no haría si lo tuviera a mano. Me corrí una paja muy rica mirando los cinco videos con calma, con la imaginación abierta a las fantasías más fálicas, con mi boca entreabierta y pasándome la lengua por lo labios delirando con ese miembro a mi alcance bucal u oral. La gran duda es si los cinco videos son una secuencia continua. 

Tu Vizconde gozador.

jueves, 22 de agosto de 2013

Cartas desde el purgatorio (5)


EL FETICHE DE LA BARONESA

(Nota de un antigua amiga travesti de closet)


La palabra más simpática, serena y desapasionada para designar al fetiche de la Baronesa - tal vez la más usada en los textos, en las conversaciones serias o en las cuestiones académicas -  es, indudablemente: pene. Vulgarmente se le aplican una infinidad de motes y la lista es interminable. Las más frecuentes varían según las zonas geográficas o países. En España es polla, por otros lados de Hispanoamérica es verga, los brasileños le dicen cacete y aquí en el Río de la Plata la denominamos pija. Desde siempre me gustaron - la mía y las ajenas - siento por ellas una atracción muy fuerte y muy completa, abarcando un amplio abanico de sentimientos y deseos. Me gustan todas sin excepción. Son como las mujeres, todas tienen su encanto, particular - inclusive las menos agraciadas - sólo hay que saber buscarlo y tener la sensibilidad de apreciar la belleza y la sensualidad que a veces andan disfrazadas. Creo sinceramente que hay una pija para cada ocasión. Ya me he divertido con grandes y chicas o medianas, con las calvas, ya sean cabezudas o como la punta de una bala, con las que llevan gorritos de piel y se lo quitan para honrarnos, aquellas surcadas por venas, las blancas, morenas y negras, las que se sonrojan, las lloronas, las escupidoras, las perezosas y las superactivas. Me gustan las grandes para acariciarlas y pajearlas, las más pequeñas para sentarme sobre ellas y sentirlas totalmente dentro de mi cola, pero con las medianas disfruto de varias formas de juegos sexuales. Me siento segura frente a un macho porque tengo mis armas para enamorarlo a través del trato que le daré a su pija, aún nadie se ha quejado. Por una cuestión simplemente de apetitos y preferencias, siento una predilección mayor por las pijas de las niñas travestis, las que he tildado cariñosamente de pijas femeninas. Me excitan en mayor grado cuando emergen de un cuerpo delicado y depilado, cuando surgen debajo de las faldas o escapan de la insegura protección de unos breves calzoncitos. Cuando no las siento o no las veo, me las imagino; de todas formas y colores, de diferentes tamaños y diseños. En reposo o en pie de guerra, todas tienen su atractivo y su carisma. Me gusta admirarlas, adoro acariciarlas y confieso sin en menor atisbo de pudor, que realmente me enloquece, me trastorna y me transformo en una puta mamona cuando tengo la posibilidad de besar, lamer y chupar una pija hasta que me la quitan de la boca o mis propios intereses la dirigen a otra parte. Prefiero comenzar mi acto de fe y adoración a una pija cuando aún no está muy dura. Me gusta cuando todavía se mantiene flácida, maleable, cuando es posible mantenerla en la boca y jugar con ella, antes que se ponga rígida como un palo. Una pija blanda, doblada sobre sus huevos en actitud de calma y serenidad, destella una belleza inusitada. Mientras está inclinada, como abandonada y somnolienta, mantiene una especie de humildad e inocencia que me enternece. Lamentablemente permanece muy poco tiempo en ese estado, luego que comenzamos a brindarle atención. Imposible mantenerse inmune a los mimos, a las caricias y lametones que hacen despertar del letargo hasta la más remolona y perezosa de las pijas. En ocasiones  muy esporádicas - pues exige un esfuerzo sobrehumano – abdico del goce del sexo oral por algunos instantes, apenas para observar como una pija adormecida se yergue en pocos segundos, crece y se endurece, se torna majestuosa y agresiva. Es un milagro que acontece a cada instante, presenciarlo es una dádiva de la madre naturaleza, tan sabia y tan cachonda. Cuando la pija finalmente está erguida, durísima, con la piel estirada y el glande brilloso, no cabe otra que dedicarle con devoción, el más demorado y sabroso fellatio. Me gusta mamar hincada, totalmente sumisa y puta, intentando con toda parsimonia vencer a la ansiedad de calmar la sed y ese deseo salvaje de mamar desesperadamente como una ternerita hambrienta. Me encanta lamer despacito y por los costados como a un caramelo, succionar suavemente como a un seno, sujetándome en las nalgas, acariciando las caderas, levantando cada tanto los ojos para enfrentar las miradas, mientras le paso la lengua por el glande y vuelvo a engullirla. Soy chupadora de pijas, estoy muy orgullosa de serlo y me enloquece totalmente cuando se acaban en mi boca o en mi rostro, cuando la leche... bueno, con la leche.... es otra historia...

Bijou, Julio del 2008.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (55)


FANTASIA DE UNA BARONESA

Entonces inicio la mamada, mientras mantengo la succión lo dejo salir de mi boca, pero no completamente, solo hasta que el collar del glande quede aprisionado en mis labios, y de ahí lo vuelvo a meter entero en mi boca golosa una y otra vez, variando la succión una y otra ves, tus quejidos aumentan en intensidad y eso mas me calienta, saber que te estoy dando el placer que deseaba tanto darte, acelero mi mamada mas y mas, ya entregada al goce de sentir ese miembro atragantándome, llenándome la boca, ahogándome cuando llega al fondo de mi paladar. Sigo cada vez mas excitada, te chupo, te succiono, te mamo, mis labios suben y bajan por tu pichula envolviéndola, chupo, succiono, mamo,  estoy loca de placer con ese pico duro en mi boca, te muerdo suavemente para que sientas mis dientes, te chupo succionando muy fuerte, das un gritito de placer y sigo mas y mas rápido chupándote, subiendo y bajando mis labios que aprietan el tronco delicioso, chupo, succiono, te mamo con fuerza, siento que ya te vienes y subo y bajo mi cabeza muy rápido, apretando y succionando a la vez  con todas las fuerzas de mi boca y mis labios, acelero mis chupadas mas y mas, en eso siento como un leve golpe de tu pichula en mi paladar que me avisa que te vienes, me meto tu verga hasta en fondo de mi boca y al sacarla siento el chorro de semen muy caliente que se derrama dentro de mi boca, sigo succionando y chupando mientras siento los breves chijetes de semen que me ahogan, siento su sabor dulzón y me lo voy tragando con delicia, sigo chupando mas suave para sacarte hasta la ultima gota, tu das quejidos más y más suaves, siento escurrir tu lechecita ardiente por la comisura de mis labios, tu miembro lentamente va perdiendo su erección dentro de mi boca, sé que se te pone sensible cuando ya has acabado y aunque lo mantengo en mi boca solo lo dejo ahí quieto, para sentir como va decreciendo en tamaño y dureza, poniéndose cada vez mas tierno y pequeño, cuando ya es apenas un botón de carne, blando y pequeño, retiro muy lentamente mis labios de el, lentamente, hasta al final apresar el prepucio muy blando y tierno, y apretándolo con mis labios lo estiro hasta que lo suelto echando mi cabeza para atrás. Te miro y estas con los ojos cerrados, recostado hacia atrás en el sillón, tu rostro sonríe y tiene la actitud del relax y del placer consumado, entonces sé que hemos cumplido nuestro sueño.
El Vizconde enmascarado


martes, 20 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (54)



“Coloca el dedo en la base de su pene, en el punto exacto donde se une a los testículos. Dibuja con la punta del dedo un anillo alrededor de la base de su miembro, entonces dibuja otro alrededor de su escroto justo en donde se adhiere al cuerpo.” Ritual de Sexo Tántrico para el pene del hombre.

(Un sueño de la Baronesa)

Entro en la habitación y tu estas sentado cómodamente, completamente desnudo, tus manos a los lados y con tu miembro erecto, en actitud desafiante de macho que muestra su virilidad sin complejos, yo estoy maquillada perfectamente, visto una tanguita negra muy pequeña que apenas oculta mi clitito tierno, fláccido, femenino, un brassiere negro chiquito y apretado que hace resaltar mis grandes pechos, unas medias oscuras con ligas y unos tacos negros muy altos, me cubro apenas con una robe de chambre negro muy transparente, un detalle especial son mis aros de argolla blancos que contrastan con el negro sexy que visto. Tu me miras ansioso a los ojos y luego diriges tu mirada a tu verga, como indicándome que esta dispuesta para mi, como invitándome u ordenándome que esperas que al fin te dé mis artes de mamadora voluptuosa y viciosa, te sonrío coqueta y me acerco a ti hincándome ante ese falo erecto y duro. Lo tomo delicadamente con mis dedos pulgar e índice y del corazón, con esos tres dedos de uñas pintadas, siento la dureza de tu miembro y a la vez su suave piel en mis deditos y muy suavemente comienzo a correr y descorrer su piel, como masturbándolo y acariciándolo a le vez, con mi otra mano acaricio con femenina suavidad tus bolas, las siento tensas, siento el escroto lleno de esos testículos de macho, me inclino hacia esas bolas calientes y levanto el pene para dejarlas expuestas a mi boca, huelo ese intenso olor del macho excitado y lo aspiro profundamente, deslizo mi lengua húmeda, ardiente por la costurita que separa las bolas, siento su pequeña y alargada rugosidad, subo y bajo varias veces por esa línea de piel, escucho tus quejidos de placer y eso me excita más aun. Mientras sigo masturbándote a tres dedos le doy besitos a tus bolas por todos lados, y luego levanto un poco mi rostro y enfrento tu verga, esta muy dura, el rosado brillante de su glande resalta contra la tierna piel de su tronco, mientras una de mis manos siguen acariciando las bolas en su base, llevo la otra a la base del miembro y lo aprieto con mi pulgar y mi índice como un anillo, te quejas de placer y veo como tu pichula se endurece mas y se mueve con periódicos latidos. Comienzo a besar el glande, la puntita, en su ojito sensible, después paso mi lengua mojada en mi saliva caliente por todo el glande, una y otra vez, siento su suavidad tensa, deliciosa, y luego bajo por el tronco dándole besitos, lamiéndolo, como en espiral, subo y bajo por el varias veces, tus quejidos me indican que ya no aguantas, que quieres el máximo placer, y entonces vuelvo a la puntita de tu miembro y muy lentamente lo voy metiendo en mi boca, lentamente, todo, entero, hasta su base, lo siento como va penetrando en mi boca, llenándola completamente.
Continua.


lunes, 19 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (53)



Hoy en la mañana me sucedió algo especial, una experiencia quizás sexualmente mística, como una fusión total de todos mis vicios o fantasías. Me levanté como siempre muy temprano. Estaba excitado, en el viaje no pude masturbarme y solo me tomé unas fotos desnudo para ti. Bien, lo que más quería era encontrarte en el chat para pajearme mirándote, o hacerlo juntos, pero tu no estabas, así que busque una página de videos porno para hacerme la paja mirando alguno, no todos los videos porno me excitan, así que comencé a buscar uno distinto. Vi las cámaras en vivo, y nada, entre a varias web de videos, y vi parejas culiando y nada, vi picos pajeándose y nada, ya me había hecho la idea de que no me pajearía cuando vi unas piernas deliciosas enfundadas en unas medias negras, y se me paro la verga de inmediato, abrí el video y era de la sección de travestís…! comencé a verlo y llegué al máximo de la calentura. Todo estaba ahí: era una dama trava madura de piernas hermosas y con el tipo de pico que me gusta, ah! Fue como venir desolado caminando por un árido y solitario desierto y entrar de pronto en el paraíso. Ahí estaba una putita caliente y gozadora, masturbándose frente a mí, y a la vez estaba un travestí con el que me gustaría culiar y que me pene-trara, ahí estaba también esa verga gruesa, blanquita, que sueño un día mamar y pajear, sentirla en mi culito rozándolo… uf!, y además ahí estaba una dama madura, sensual, perfumada, vestida de negro exhibiéndose para mí, vi como caía el semen caliente en el piso y lo sentí derramándose en mis nalgas…! En un instante y como un destello pervertido me vino la idea de que estabas ahí, y te imaginé culiando y chupando esa verga en un onírico juego lésbico y más me calenté. Y por ultimo en esa imagen de un hombre vestido con ropas de mujer, masturbándose mientras se sentía a la vez hembra y macho, me vi a mí mismo haciendo eso mismo vestido así en las varias veces que he hecho eso mismo...! vi el video como tres o cuatro veces, hasta que eyaculé muy rico! Y fue la plenitud de mi gozo sexual solitario, un viaje a mis laberintos secretos, y ahí estabas tú a mi lado como la dulce Beatriz del Dante, pero esta vez no guiándome en el Paraíso sino en mi íntimo y delicioso Infierno.

Tu Vizconde excitado.

viernes, 16 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (52)



Y comencé a gozar la visión inquietante de esa verga, sin vergüenzas, sin autocensuras, como si yo fuera nada más y nada menos que un hembra gozadora, fálica, viciosa, yo era al fin la puta pecadora de mis fantasías. Era una verga deliciosa, de un macho de 23 años, depilado, una pichula tierna, gordita, aun fláccida al principio, con su capuchita cubriendo totalmente el virginal y violáceo glande, tu sabes que así me gustan los picos, era tal cual me excitan en mi imaginación de hembra. Vi como colgaba grande y blando, con su prepucio ocultando el glande, vi como se tocaba sus bolas, como mostraba el meato asomando tímido. Vi como se iba erectando, lentamente mientras él se lo meneaba a un lado y otro. Vi estremecido ese instante en que con sus dos manos hace que la violácea cabeza, con su surco y su ojo, florezca de súbito desde su carnal capullo, me estremecí verlo explotar así, tan macho, tan dulce, tan libidinoso. Vi como volvía a acariciar sus lindas bolas con sensual suavidad. Vi como volvió a encerrar el glande en su capucha y lo volvía a hacer salir, y se masturbaba así, llevando el forrito hasta la punta. Lo miraba extasiado mientras él lo mostraba impúdico, desvergonzado, parado, duro, con toda la cabeza afuera, y comenzaba a pajearse. Mi pico ya estaba muy duro, parado y yo me lo masturbaba suavemente. Vi como se alejaba un poco y se pajeaba suavemente. Vi como se puso de perfil y sin completar la rica paja jugaba con su falo con un delicioso desparpajo. Yo ya no me podía controlar, me hacia la paja como desesperado, mi imaginación se desbocaba, recordé las cuatro verga que he tocado y masajeado en mi vida y volví a sentir esa sensación de otra carne dura en mi mano, y recordé la única verga que he chupado, y sentí ganas de mamar esa verga que estaba mirando y gozando, de saborearla en mi boca, sentir que me ahogaba, que la chupaba con ansiosa fruición, que atrapaba esa piel tierna del prepucio con mis labios y la estiraba una y otra vez, y después me la metía entera en mi boca de puta caliente y la masturbaba con mi lengua y mi paladar, y con mis labios corría y descorría el forro y sentía en mi boca la suavidad del virginal glande, y de pronto lo sentía latir, endurecerse aun más, y presintiendo que venia la eyaculación lo sacaba y lo tomaba con mi mano y lo masturbaba apretándolo, corriendo y descorriendo el forrito suavecito, y en eso salía el chorro de semen que me quemaba la piel de mi mano y yo igual terminaba mi paja en una abundante eyaculación y también sentí como mi propia moqueada me quemaba la piel de la otra mano. Y después de un tiempo de relajación, volví a ser yo otra vez y me dediqué a escribirte esta confesión, y me sentí libre de pecado porque extrañamente mis deseos por ti me liberan.
Tu Vizconde tentado.


miércoles, 14 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (51)


Travestismo (Apuntes personales)

“El varón que intenta expresar su personalidad y liberar el aspecto femenino de su ser, podrá lograr mayor armonía vistiéndose de mujer, que usando pantalones, y de esta manera permite que su lado femenino viva. Ataviado de esta manera, sus sentimientos y patrones de conducta que resultan inapropiados para una persona viril, se tornan inaceptables y pueden ser expresados”. Patricia Alejandra Aubert.

El varón que mira una tienda de ropa interior femenina e imagina, no solo a su pareja si no a él mismo vistiendo esas delicadas prendas, imagina la sensación del suave roce de esas ropitas en su cuerpo, se estremece ante sus pensamientos y sigue su camino un poco mas excitado que antes. El varón que en sus exploraciones porno hetero en Internet de pronto se descubre mirando, con ojos lascivos, una sensual damita travesti, sin poder evitarlo sus ojos se clavan en esa pequeña verga, tierna y femenina, y su imaginación lo lleva a fantasear por instantes en un "como sería", y siente que su propia verga se erecta sin su consentimiento. El varón hetero que en juegos con su pareja en un instante de ardores desatados se pone la ropita intima de ella, primero como un juego sexual compartido, un juego lésbico o un mostrarse como la putita que ansia encontrar en su pareja, luego como una expresión de su propia sensualidad escondida. El varón que inicialmente, cuando joven usualmente, y como un juego masturbatorio, se pone la ropa intima de su madre o hermanas, y se masturba frente al espejo, muchas veces este juego se va convirtiendo en un rito intimo, que le da un placer distinto. El varón que compra personalmente su ropita intima, haciendo como que es para su esposa, y disfruta ese instante en que en la tienda elige, toca, selecciona la ropa que después, en solitario, disfrutará sobre su cuerpo, de alguna manera siente que esta saliendo del closet. No shemales, transexuales, ni damas travestís que hayan salido del closet, sino machos solitarios que viven su femineidad en la intima y secreta soledad de su dormitorio. Aquellos que no tiene la posibilidad de expresar sus fantasías femeninas en público ni con otras “secretas damitas” como él. Pero hay muchos tipos de personajes en esta tierra de nadie entre de hombres y mujeres, desde los transexuales, que son ex-hombres, es decir fueron hombres que se operaron, y transformaron su pene en una vulva. Para efectos prácticos son mujeres. Los shemales; son hombres operados, pero mantienen su verga y solo se han puesto silicona en sus pechos o toman hormonas para que sus tetillas crezcan y su cuerpo se feminice lentamente. Los machos feminizados;  hombres, machos o a veces bisexuales, que gustan de usar ropas de mujer. Dentro de esta última categoría están: Los travestis, que disfrutan vistiéndose con ropas femeninas, maquillándose, y haciéndose pasar por mujer, incluso en público. Los tvcloset, que disfrutan lo mismo pero en la intimidad, generalmente en solitario, a veces con alguna amiga o amigo de similares gustos. Muchas veces estos tvcloset son heterosexuales muy normales, pero gozan en sentir sobre su cuerpo la delicada ropa femenina. Los bisexuales son hombres que gozan el sexo con mujeres y con gay pasivos. Y por ultimo, los gay, que son hombres que gustan tener sexo, activo o pasivo, solo con otros hombres.
El Vizconde explorador.


martes, 13 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (50)


Una experiencia distinta (2)

Mi excitación fue creciendo rápidamente y no pude aguantarme mas y le pedí que me metiera ella zanahoria por el ano, le pasé una crema para que me lubricara mi hoyito, ella lo hizo con suavidad y luego comenzó la penetración anal, yo sentía en mi ano como una punta durita iba buscando mi hoyito, resbalándose por la crema lubricante, luego sentí como me penetraba la zanahoria, primero la puntita, luego mas y mas, mi pichula estaba erecta, dura, sentía como me estaban culiando, me imaginaba por instantes que era una mujer que se la estaban culiando por atrás, solo pensaba que era rico el pico, quería mas pico, deseaba que me culiaran, que me penetraran hasta adentro, solo quería gozar esa pichula en mi ano, me desesperaba y gemía, y me movía para que el pichulón entrara más y más, me tuve que contener para no gozar así, empalado por un rico miembro. Antes de acabar con el pichulón en mi ano, le pedí que se recostara y comencé a penetrarla con la zanahoria en su vagina, ella muy caliente con la sensación de esa pichula dura en sus genitales se besaba sus tetas chupando ávidamente sus grandes y oscuros pezones. Suavemente la volví boca abajo y echándole crema en su hoyito anal comencé a penetrarla con el pichulón. Ella estaba nerviosa, con miedo, y al parecer no le gusto la sensación de la penetración anal porque no quiso seguir, en cambio tomó ella la zanahoria y volvió a metérmela en mi ano caliente, yo nuevamente sentía esa rica sensación de que algo duro me penetrara, me calenté más y más, me sentía como un maricón caliente por el pico, deseaba que me culiaran, que me penetraran hasta adentro de mi hoyo anal, deseaba un pico, por instantes desee que me metieran un pico de verdad, carnoso, duro erecto, caliente, que me chorrearan de moco mi ano. Ya estaba muy caliente así que me puse de espaldas y ella se montó encima mío con mi pico erecto enterrado en su zorrita, comenzó a cabalgarme desesperada, moviéndose y agarrándose sus tetas, gimiendo…lo que a mi también me desespero e hizo que me moviera como loco con mi miembro enterrado en su vulva caliente y mojada, así terminamos acabando juntos y muy, muy rico. Después nos pusimos a conversar de nosotros un buen rato. Después del relajo, comenzamos nuevamente a tocarnos, yo con mis dedos en su zorrita y chupando sus pechos, y ella pajeándome con su mano y luego succionando mi miembro erguido. Le pase la zanahoria y ella se la pasó por su chorito, por su clítoris y deslizándola ansiosa entre sus labios vaginales. Mientras yo me corría la paja mirándola y preguntándole si era rico lo que sentía…en eso ella, sorprendiéndome, me pidió que me pusiera de pie sobre el piso. Lo hice curioso por saber que iba a hacer conmigo. Entonces comenzó a besarme la espalda, a pasarme su lengua mojada y caliente por mi espalda, mis nalgas, mis muslos, mi surco anal, hasta que llego a mi hoyito, allí se entretuvo besándolo y metiendo su lengua, después tomó la zanahoria y me la pasaba por mi ano, introduciéndola un poquito y luego sacándola. Y yo gozaba mucho con esa sensación del placer anal, sintiendo ese pico duro que me penetraba. Dejando el pichulón, ella se paso por debajo de mí, entre mis piernas, y comenzó a lamerme los coquitos, la pichula y el ano por debajo, mi éxtasis llego al máximo, era una sensación nueva y diferente. Nos tomamos las manos apretándolas mientras ella me lo chupaba por abajo!, así estuvimos un buen rato, aunque sin acabar todavía. Volvimos a la cama y ya acostados iniciamos otra vez nuestra sesión de masturbación, cada uno haciéndose la paja y mirando la calentura del otro. Estábamos tan calientes que no me di ni cuenta cuando ella introdujo su dedo en mi ano, otra vez goce esa sensación de penetración, ahora con su dedito en mi hoyito, entonces le propuse una fantasía; que imagináramos que llegaba otro hombre a culiar con nosotros, la idea la calentó de inmediato, y siguió penetrándome con su dedo mientras me chupaba el pico, me puse boca abajo, en cuatro patas, en esa posición ella siguió penetrándome y chupando mi miembro. Entre el placer que me embargaba, la escuchaba como ella me decía con voz caliente que sintiera que ella era un hombre!, esto me calentaba más aun, comenzó entonces a  masturbarme con su mano y a la vez que me penetraba por atrás con la zanahoria, no aguanté más y me volví, quedando de espalda, le pedí que se subiera sobre mi y se metiera mi pico en su chora, así comenzó a cabalgarme, con grititos de placer, y yo sintiendo mi pichula incrustada en su zorrita mojada y ardiente, casi al instante acabamos juntos, y otra vez muy rico. Agotados de sexo y pasión desenfrenada, agotadas también nuestras fantasías y deseos ocultos, nos pusimos a conversar ahora como amigos muy íntimos.

El Vizconde desatado.

lunes, 12 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (49)



Estaba ansioso por verla y  poseerla, habíamos intercambiado varias cartas muy calientes y yo tenia muchas ganas de gozar junto con ella. La espere solo con slips y la camisa. Hacia un buen rato que estaba tocándome la pichula, pero cuando se me ponía durita dejaba de hacerlo para no acabar antes de que ella llegara. Le abrí la puerta y nos abrazamos, después le ofrecí bebida y rápidamente la invite a pasar al dormitorio, Conversamos un rato, yo recostado y ella sentada a mi lado acariciando mis piernas. Le dije que me iba a dar una ducha y que ella se acostara mientras tanto. Cuando volví del baño desnudo ella aun estaba vestida, me acosté mientras ella se desnudaba. Quedo en ropa interior, unos cuadros chiquitos y un sostén blanco que apenas contenía sus grandes y ricas tetas, la erótica visión me calentó mucho y mi pene comenzó a hincharse lentamente. Se acostó a mi lado y nos abrazamos sintiendo nuestros cuerpos tibios y desnudos. Comenzamos a acariciarnos y besarnos, cada vez mas desesperados le pedí que se sacara el sostén, ella se lo saco y pude ver sus ricos senos con sus grandes pezones oscuros, tal como me los había imaginado mientras me masturbaba leyendo sus cartas pornográficas. Con muchas ganas comencé a chuparle sus pezones, esos ricos círculos café oscuros con un durito botoncito en el centro, mientras le chupeteaba ella con su mano se llevo el seno hacia su propia boca y también empezó a chupar su pezón junto conmigo, nuestras lenguas húmedas, calientes y desesperadas se encontraban en el rico pezón lengüeteándonos los labios las lenguas…y después nuevamente el pezoncito rico. Después de gozar así muy juntitos, jugando con nuestras leguas en su pezón, ella comenzó a recorrer mi cuerpo con su lengua húmeda y caliente. Lo recorría completo, chupaba mis tetillas, que se erectaban al sentir su lengua y su chupeteo, mi pecho, el abdomen, mis piernas, hasta que llego ahí, a mi miembro, que la esperaba ansioso. Comenzó a lamerlo, completamente, me pasaba su lengua por mis testículos, sentí como sus labios aprisionaban mi glande y el pico se empezó a endurecer y a pararse. Yo sentía muy rico, y me quejaba con suaves gemidos de placer. Pronto sentí su lengua moviéndose entre mis testículos y mi hoyito anal. Finalmente se quedo engolosinada en mi hoyito, lamiéndolo, intentando penetrar en su sensible profundidad, era una delicia especial sentir esa lengua, húmeda, caliente, dura, penetrando allí en mi ano, me sentía violado suavemente, mi mente me hacia sentir que era una pichula intentando la penetración…de pronto unía la sensación del chupeteo de mis tetillas erectas y esa lengua durita penetrándome…me sentía poseído, penetrado, violado. Cuando estaba por acabar, le pedí que se recostara a mi lado y comencé a besarla y a tocarle su chorita con mis dedos, mientras la masturbaba le besaba sus ricos pezones, ella se excitaba cada vez mas, al igual que yo, cuando vi que estaba muy caliente, le mostré un pichulón que había preparado antes que llegar. Este pichulón, era una zanahoria elegida especialmente, era del tamaño de un pene normal, pero más delgada en la punta. La había metido dentro de un globo de color rojo fuerte y se asemejaba muy bien a un pico. Se la mostré y le pregunte si quería disfrutarla, me dijo que si la tomándola se la comenzó a pasar por su chora caliente, refregándola contra su clítoris, así estuvimos un buen rato, ella masturbándose con la zanahoria y yo corriéndome la paja, excitado por la visión de su calentura.

Continua.

domingo, 11 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (48)



La conocí por uno de esos sitios de contactos personales de Internet, teníamos varias cosas en común y rápidamente nos hicimos amigos y después amantes. Ella es separada y vivía sola en su departamento en el centro. Tenia 57 años muy bien llevados, era alta, blanca, de pelo claro, buen cuerpo y unas piernas largas y muy bonitas. A pesar de ser separada dos veces, y con cuatro hijos ya adultos, era muy recatada en lo sexual, aunque ardiente y liberal, su experiencia en el sexo era mas bien normal. De a poco la fui induciendo a buscar nuevas experiencias, a variar, a dejarse llevar por los instintos y por las fantasías. A los cinco o seis meses ya habíamos logrado un muy buen entendimiento en el aspecto sexual. Aprendió a masturbarse, se lo hacia yo al principio, después ella misma con su mano, y finalmente se masturbaba con un consolador que le llevé. Cuando yo viajaba, en la noche la llamaba y nos pajeábamos por teléfono. Un día buscando nuevas cosas que hacer ella estaba como otras veces chupando mi verga y de a poco se fue corriendo y comenzó a lamer mis bolas, yo gozaba estas caricias y lanzaba quejido de placer, esto la excitó más y más, hasta que termino por pasar su legua por mi hoyito trasero, yo me retorcía de gusto y le pedía mas, mas, entonces ella me toco con uno de su dedo y de a poco lo fue introduciendo, solo un poco, yo comencé a masturbarme como desesperado y así acabé con su dedo penetrándome y yo pajeándome muy rico. La siguiente vez ella me lamió el hoyito y me penetró un poquito con su lengua, para mi fue muy excitante sentir esas sensaciones nuevas y termine haciéndole lo mismo. Después todo esto era parte de nuestra rutina previa, junto con masturbarme mientras ella gozaba con el consolador. Estuvimos un tiempo así, hasta que un día, en que yo estaba muy excitado porque ella se había puesto una ropa interior muy sexy, le dije que me gustaría usar ese tipo de ropa para que ella fantaseara que estaba con otra mujer. Lo aceptó de inmediato, y me vestí con unos cuadros chiquititos y un sostén y unas medias, fue una experiencia muy rica, ya que jugamos un rato a ser lesbis y después ella, muy excitada me chupó el miembro y lamió mi hoyito, mientras yo la masturbaba con el consolador. En una siguiente vez, estábamos en lo mismo cuando le pedí que se pusiera el consolador, que era de un plástico blando y con forma y color iguales una verga, entre sus piernas y sujeto por el pequeño colaless que tenia puesto, de esta manera le quedó como si ella tuviera una gruesa pichula, en ese momento se desbordó mi fantasías y comencé a chuparle la verga, ella se calentó mucho al verme haciendo eso y yo aprovechando su calentura me puse en cuatro patas encima de la cama y le pedí que me metiera su pichula, eso desató en ella los deseos y comenzó a culiarme por atrás, aunque sin penetrarme porque el consolador era muy grueso, pero yo igual sentía la punta de esa verga en mi ano y me venía una grata y extraña sensación de ser poseído.
El Vizconde travesti.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (47)



Cuando tenía como 16 años, me tenía que quedar solo en la noche a cuidar la casa de una vecina cuando se iba a veranear. Ella me excitaba mucho porque era atractiva y sexy. Entonces en la noche sacaba su ropa interior, sus cuadros, sostenes y medias, me los ponía, rellenaba el sostén con otros calzoncitos de ella, y me masturbaba mirándome en un gran espejo que tenia en el dormitorio. Me imaginaba que era ella… me hice unas masturbaciones muy ricas así. Su ropa tenía aun rastros de su perfume, lo que me excitaba más aun. Sobre esta experiencia fetichista, bueno, yo tenia unos 15 o 16 años, y era un joven con muchos deseos sexuales no saciados con una mujer, estaba enviciado con la masturbación, todo me excitaba, fotos en revistas, conversaciones escuchadas sobre sexo, figuras artísticas desnudas, ver a los perros copulando, etc., mis fantasías eran tantas que no podía controlarlas, es de imaginar la tensión sexual en la que vivía, y encontrarme solo en el dormitorio de una mujer adulta que me gustaba y deseaba, y tener la posibilidad de tocar su ropa interior, sus cuadros y sostenes, con su perfume, uf!, primero me masturbe tocándolos y oliéndolos, y después me los puse para mirarme en el espejo e imaginarme que la miraba a ella. Más adulto he vuelto a repetir esta experiencia en algunas ocasiones. Después de esas experiencias fetichistas-masturbatorias, no volví a tener ocasiones ni deseos para vestir ropita femenina, hasta cuando llevaba unos siete años de casado, yo tenia uno 32 a 34 años, y estaba pasando una etapa de mi matrimonio muy intensa en lo sexual, y por ahí comencé a buscar cosas nuevas para condimentar el sexo con mi esposa, lo típico, videos triple x, ropita sexy, largas sesiones masturbatorias, hasta que se me ocurrió un día ponerme algo de esa ropita interior sexy, primero fueron solo los colaless, en ese tiempo eran bikinis chiquitos, y después un brassiere, y medias, hasta zapatos de tacos altos, pero mi esposa no disfrutaba siempre esas fantasías mías, y de a poco lo fui haciendo cada vez mas esporádicamente. Las experiencias eran mas bien cortas, en las que yo disfrutaba de sentir en mi cuerpo esa ropa sexy, me miraba en el espejo, pero todo a nivel personal, mi esposa no entendía mucho ese gusto mío, y mas bien esperaba pacientemente que yo terminara de “actuar”, sin participar más allá de lo que yo le pedía. Pero el bichito de lo travesti ya se me había despertado!, y cada vez que quedaba solo en casa por unos pocos días, por los viajes vacacionales de la familia, yo aprovechaba de vestir solitariamente esa ropita sexy, deambulaba por la casa así, con tacos altos, calzoncitos y brassiere, y por supuesto medias caladas o negras!, lo que siempre terminaba en ricas pajitas ante el espejo o  mirando algún video porno donde se vieran buenas y grandes vergas.

El Vizconde explorador

sábado, 3 de agosto de 2013

Carta desde el paraíso 17



Siénteme como beso tus mis palomas, las tomo suavemente, las beso, las acaricio, las encopo con mis manos y beso esos tetes... los mamo como un bebé, sí, muy tiernamente... así, chupo esos tetes... los mordisqueo suavemente, esos botoncitos ricos ah... protuberantes... sensibles... los chupo, los succiono, los muerdo con ternura, soy tu bebé aferrado a tus pechos, sí, los mamo... los chupo... así así... soy tu bebé macho, tu macho niño, tuyo, solo tuyo, ah amada... mamo uno y acaricio el otro, así... amada... sí mami sí, soy tu hijito... macho, así chupo, mamo, succiono, chupeteo, ah sí sí mami eso, sí rico, toma mi pichulita, esta durita ya, siento rico, tómala, es tuya mi pichulita, mmm eso, sí sí mami, ah mami, sí sí te beso mami, te beso como un macho bebé, chupo tus tetitas, las muerdo, ah rico, así así, mi lengua juega con cada pezoncito, ah amada, mami, sí sí, mira mi pichulita durita, sí, eso, ay mami, sí, dame ese premio, ah uy sí rico, ah mami eso mmm rico, me gusta mami, me gusta mucho, ah rico, sí sí así, mmm sí mami sí ah, sí, te bajo la falda mmm veo tus pelitos sí sí mami, así mmm sí, beso tu ombliguito, sí mami, en tu vientre donde estuve y que ahora beso, sí sí, ay mami, meto mi lengua en tu nido, así, lo lamo, sorbo esos juguitos, ah rico, así así, mi lengua te penetra... uf, sí mami, así, juguemos, ah mami, me enloqueces, mmm sí, pon tu nido en mi boca, así, slurp, slurp, lamo, lengüeteo, chupo, así así, mi lengua juega con tu clítoris, ay mami, chúpame la pichulita, chupa la pichulita de tu bebé, así, sí mami, despacito así así, te chupeteo tu clítoris como si fuera un pequeño pene chups chups... ah sí sí, meto mis dedos en tu vagina así, sí así, los muevo penetrándote mientras lamo tu clitito aaaa, chúpame mami, chúpame así así, sí, meto la puntita de mi lengua en tu florcita, así mmm rico aaahhhggg estoy muy erecto mami, sí así, meto mi dedito en tu ano, así, mmm apretadito, mami, quiero meter mi puchulita ahí en tu florcita, así, apunto la punta de mi pichulita en tu hoyito anal y y.... te voy penetrando lentamente, suave, de a poquito, entra y entra... así, rico, apretadito, sí sí, y ahora que esta adentro te jineteo… así te monto, te culeo rico mami, así así, te bombeo mi pichula, así así, siéntete penetrada, así mami, ahhh, te cabalgo así así así, ahhhggg mami, así así más fuerte mi potranca rica, mi putita caliente, así, te meto mi pico duro, erecto, todo en tu culito, así así aaahhh, sí, fuerte como un potro, así te rompo tu culo, así así, te violo, te culeo rico, así así, ayyy, goza goza, te violo, te abuso, te violento, eres mi puta, mi mami puta, así así, bien culeada, te sifoneo, te jineteo así, así, aaaggg, ya, ay, mami ya, goza goza, siente mi pichula, sí mi puta muy mía, mi puta amada, mi perra caliente, así así, goza mami, goza mi pico, así así, más más, así, te jineteo las pompas, tienes mi pene en tu hoyito anal, gózalo, sí sí, siento que me lo comes con tu ano, rico, aaahhhggg, eso eso, te culeo, te rompo culiándote, así así, puta rica, puta caliente, mami rica, así, así, sí, soy tu macho mami, tu macho que te culea, así, sí mami sí, tienes unas pompas muy ricas, así así, mami, sí, todo mi pico duro en tu ano, así así, goza puta rica, goza el pico, goza la pichula de tu bebé, así, así, sí, rico, aprietalo así, como una puta caliente, ay mami, ya, ya, aaahhhggg, eso, juntos, juntos mami, así, siente mi leche en tu culito, ay mami, rico, aaahhhggg, sí, deje mi pichulita adentro, te llenaré de semen mami, así, siente, siente los chijetes, así, te abrazo apretadito, ahhh rico, te aprieto contra mi cuerpo, así, así... ahhh amada, goce rico, ahora acaricio tus tetas ricas, tus pezones... ahhh, beso tu espalda y me quedo quieto adentro de ti, ah amada, esto es maravilloso, te lamo la espalda suavemente, la beso, mmm... siento tus pompis en mis ingles... ahhh, sí mami... y tiernamente pongo mi manos en tus tetas... como un bebe tierno, y voy sacando mi verga despacito de tu florcita... sí mami, quiero que tu seas mi mujer para siempre... mi hembra... mami yo te quiero a ti, que tú seas mía siempre, sí sí mami, ahora quiero dormir contigo, los dos desnudos, abrazados, amándonos toda la noche... sí, eso, con mi boca en tu seno y tu con tu mano en mi pichulin... quiero sentir tu calor en mi pichulita... sí amada, te amo... somos felices, buenas noches mami, apaga la luz.

El Vizconde edípico

viernes, 2 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (46)



La paja que mas recuerdo, y cuente que soy un masturbador vicioso desde los 12 años y tengo mas de 60…, fue quizás la mas pura y simple. Me explico. Tenía unos 25 años y terminaba mis estudios en la universidad. Estaba haciendo la última práctica de vacaciones, en un lugar muy rural en las afueras de la capital, Levábamos mas de una semana acampados y desde ahí salíamos todos los días a distintas zona a tomar muestras de suelos. Éramos un grupo de unas 6 u 8 personas pero cada uno debía cubrir en solitario los distintos sectores de muestreo. Aunque estaba casado hacia un año, yo ya era un pajero vicioso, de a lo menos una masturbada diaria, y esa semana o más en el campamento no había podido disfrutar de mi mayor placer. Compartíamos las carpas de a tres personas y el baño era "tras los matorrales". Un día soleado y fresco, muy grato, termine mi trabajo de muestreo a medio día y debía en vez de volver al campamento me tire en el pasto bajo unos árboles a gozar del ocio en medio de la naturaleza. En eso, divise muy a lo lejos una pequeña casita de campesinos entre una arboleda, y a una mujer lavando en una batea fuera de la casa. Mire con los binoculares y vi que era una señora para nada excitante…, pero vestía un vestido sin mangas y mas bien corto, pude ver la desnudez de sus hombros y brazos y sus piernas poco mas arriba de las rodillas, nada mas…, pero eso bastó para que se me encendieran las ganas acumuladas por los días de privación y sentí la erección en mi verga acompañada de ese típico calorcillo de la calentura imprevista. Mire a mi alrededor y no se veía a nadie ni nada cerca, desde la casita aquella tampoco podían verme, me sentí en total soledad, libre y solo, así que deje los binoculares y acomode mi chaqueta en el pasto formando un mullido cojín, y me baje los pantalones y el slip. Mi verga estaba erecta como nunca, me senté placidamente e inicie la deliciosa masturbación…, estaba tan excitado que debí frenarme un par de veces para no eyacular tan pronto y prolongar el placer al máximo. Estuve así largo rato, sintiendo el roce de mi mano en mi verga y a la vez mi dura verga en mi mano, no mire a la señora que lavaba, no imagine ninguna escena sexual, simplemente goce y goce del placer puramente físico de la masturbación…, al final llegue al clímax de manera incontrolable, el chorro de semen cayo en dos o tres chijetes al pasto, mientras gozaba ese instante me di el lujo de dar unos grititos en medio del campo…, luego me tire hacia atrás sobre la frescura del pasto y que quede placidamente quieto, quizás hasta dormite un poco, relajado y feliz. Es posible que no se entienda mucho lo que hace memorable para mí esta paja a campo traviesa, pero creo que se debe a que lo usual era que me masturbara mirando fotos pornográficas o de revistas para hombres, o a veces como voyeur viendo a mi esposa u otras mujeres vecinas. O si no podía mirar necesitaba imaginar escenas eróticas o situaciones ya vividas. Esta vez, no recurrí a nada de eso, fue simplemente una paja física, una masturbación natural en medio de la naturaleza.
El Vizconde onanista


jueves, 1 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (45)



Cuando llegué a la capital, como no tenia acá amigas, lo primero que hice fue a buscar masajistas. Nunca me gustaron las casas de masajes donde hay varias niñas, para mi son vulgares prostibulos. Así que empece a buscar señoras maduras o no tan jóvenes, que trabajaran solas y que dieran masajes con alguna estimulación. Así le llaman a masturbar al cliente. La primera que me gusto fue Valeria, cincuentona, aseñorada, no muy atractiva. Había sido enfermera y hacia poco se había instalado en un departamento en el centro para dar masajes de relajación. Cuando hable con ella por teléfono me explico que eran solo de relax, en todo el cuerpo, sin masaje erótico. Fui de todas manera para ver. La primera vez me hizo solo un muy buen masaje de relajación, tenia un colchón en el suelo, y allí yo me tendí desnudo. Me masajeo todo el cuerpo, incluso la zona genital, pero sin tocarme directamente el miembro, si muy cerca de el, me rozo varias veces los testículos y el pene, yo estaba un poco cohibido y no me excite. Conversamos mucho de distintos temas y entramos bastante en confianza. La segunda vez, mientras me daba el masaje, yo desnudo tendido en el colchón, en la conversación llegamos al tema sexual, yo le dije que no me gustaban mucho las casas de masajes donde solo era sexo, pero que igual a veces un hombre necesitaba relajarse sexualmente, por ahí ella me dijo que entendía y era normal, que si quería me podía dar un masaje erotizante cuando terminara el de relax. Le dije al tiro que bueno. Así que cuando termino el de relajación, me puso boca abajo y comenzó a masajearme suavemente por todo el cuerpo, solo con la yema de los dedos. De a poco se fue acercando a mis genitales, y por ahí me tocaba a la pasada muy suavecito los testículos, a mi se me empezó a parar la verga con estos toqueteos. Cuando vio que ya me tenia bien caliente me hizo ponerme de espalda y siguió masajeandome muy suave y tocando a la pasada mi miembro, de vez en cuando lo agarraba con la mano le daba un apretoncito y hacia alguna broma…esto me fue calentando cada vez mas, cuando yo estaba ya muy caliente comenzó a masturbarme muy rico, mientras con la otra mano me sobaba los testículos. Me hizo acabar realmente muy rico. Desde esa vez continuamos con el erotizante después del de relax, con el tiempo comenzó a pasarme la lengua por el pico, después a chuparlo, en esto es experta!, también yo comencé a tocarla por encima de los cuadros, después ya se desnudaba y yo podía chuparle los pezones, la tetamenta como dice ella porque tiene una tetas muy grandes y ricas, y también comencé a tocarle el chorito, finalmente llegue a penetrarla y desde ahí comenzamos también a culiar de vez en cuando. Ella se calentaba pero rara vez llegaba al orgasmo, en todo caso me masturbaba y chupaba tan bien que hubo ocasiones en que ni siquiera la penetré, solo eyaculaba mientras me corría la paja.

El Vizconde masajeado.