miércoles, 10 de julio de 2013

Cartas desde mi infierno (41)


Cada vez me calientan más las vergas, hoy de nuevo estuve buscando con que pajearme, vi muchos videos de parejas normales, de gays, incluso de lesbianas, que algo me excitaron, pero no encontré uno que se viera normal, también estuve viendo esas cámaras en vivo de parejas, machos exhibiendo sus miembros o masturbándose, gays abotonados, etc. y nada, hasta que buscando y buscando me encontré dos falos que me calentaron mucho. Una era de un pico con el forrito completo cubriendo el glande, no se ponía totalmente dura, la cabeza se asomaba de a poco, nunca completa manteniendo la expectación erótica, el tipo se masturbaba casi con los dedos y solo en la cabeza del pico, la eyaculación era lenta y copiosa, y la estrujaba hasta la ultima gotita, y lo mejor, duraba 4 minutos!, lo justo para hacerse una buena paja mirándola! Creo que esta verga la mamaría sin problemas, en mi calentura desaforada por instantes imaginé que la lamíamos juntos, que nuestras lenguas se encontraban sobre el tronco y las bocas en el glande en un voluptuoso e intenso beso fálico. La otra, era la de un macho viejo, pero me gusto mucho, tenía forrito, la cabecita muy rosadita y brillante, era blandita e inofensiva, de verdad me imaginé chupándola y pajeándola, me calentó mucho, había varios videos de él, y elegí uno con el que acabé. En este, al principio se ve tan rica, chiquita y fláccida, con el forrito que me gustaría estirar con mis labios y dientes, me hacía sentir hembra fálica, y a la mitad del video se ve tan rica cuando se echa para atrás el prepucio y aflora el glande rosadito y tierno, uf rico!, me sentí una puta mirándola, y lo máximo fue al final, wow!, cuando logra al fin que se le ponga dura y sale la cabeza brillante casi roja y el pico se pone como un gancho curvo hacia arriba, ay! sentí que así si que me dejaría pene-trar! Me corrí una paja deliciosa, me sentí hembra culiada, abusada, pene-trada, por instantes fui una meretriz y goce este pico como los gozan las putas en los prostíbulos, con las bocas llenas de semen! Ah! mi Casandra! ahora que lo pienso tu me hiciste sacar estos deseos fálicos a la luz, ya no me incomoda imaginar estas cosas, gozar un buen pico, pajearme mirándolo, por ti mis obsesiones fálicas se vierten en el semen caliente que escurre denso y lento por mi mano pajeadora.

El Vizconde fálico

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