lunes, 29 de julio de 2013

Cartas desde mi infierno (44)


Nudismo fálico 5-3

En el siguiente viaje ya todo fue más fluido. Le pedí directamente si podía darme un masaje y ella acepto de inmediato, solo tuve que esperar un par de horas hasta que ella terminara su turno de trabajo a las once de la noche. Cuando llego yo ya estaba excitado, desnudo y con mi verga medio erecta cuando le abrí la puerta. Nos fuimos al dormitorio y me tendí boca arriba, ella me masajeo un poco el cuerpo y luego me tomo la pichula suavemente con su mano. Comenzó a masturbarme y con la otra mano me masajeaba el cuerpo y mis coquitos. Yo me deje llevar por el placer y me movía como si estuviera culiando, gozando la pajita que ella me estaba haciendo. Yo ya estaba muy caliente y sin pensarlo le pedí que se sacara la blusa… se la saco y quedo en sostén, le comencé a acariciar los pechos por encima y después le pedí que se quitara también el sostén…tenia unos senos muy grandes y llenos, con unos grandes pezones muy oscuros…eran como los había imaginado…comencé a tocarlos mientras ella seguía masturbándome y después acerque mis labios a uno de sus pezones y empecé a chuparlo suave y ardientemente, ella no mostraba mucho si estaba excitada o no, luego metí mi mano bajo su falda y también comencé a tocarle su chorita por encima de los cuadros, sentía su zorrita húmeda y caliente… no aguante mas y me tire hacia atrás en la cama, y moviéndome y gimiendo desesperado eyacule con su mano en mi pichula. En el tercer viaje las cosas fueron aun mas fluidas, ya nos conocíamos bien y nos teníamos confianza. Esta vez ella comenzó casi al tiro a masturbarme, se saco la blusa y el sostén, quedando con sus ricos pechos al aire y sin que se lo pidiera bajo su cabeza y comenzó a pasar su lengua por mi falo erecto, le iba pasando su lengua húmeda y caliente a todo lo largo, o envolviéndolo en espiral, o besando su glande con suavidad, así de a poco comenzó a chuparlo lentamente, yo no daba mas de placer y le tomaba la cabeza con mis dos manos moviéndome rítmicamente con mi falo en su boca, le tocaba los pezones y sus grandes tetas, esta vez metí mi mano bajo sus cuadros y encontré su chorita muy mojada y ardiente. Comencé  a tocarle el clítoris con mis dedos, suavemente y en pequeños círculos, le pregunte si le gustaba y asintió con la cabeza mientras me mamaba mi verga rígida y ansiosa…se notaba excitada pero controlándose, a los pocos minutos acabe muy rico con sus labios en mi pico y yo gimiendo de placer. Cuando ya estabamos descansando le pregunte si había llegado al orgasmo y me dijo que no pero que igual había gozado. Seguimos así uno o dos viajes mas, hasta que en mi cuarta o quinta estadía, ya en total confianza, comenzamos a hacer lo mismo y le pedí que se quitara también la falda, quedo solo en cuadros y con sus senos al desnudo…así que mientras ella me masturbaba, yo le chupaba sus pezones y le metí mi mano bajo los cuadros, comencé a masturbarla con mi dedo en su clítoris y también pasándolo por entre sus calientes labios genitales…por ahí me di cuenta que se había calentado y el dije que si quería que la penetrara, que yo tenia muchas ganas de hacerlo, me dijo que bueno y sacándose los calzones se tendió en la cama. La note nerviosa y yo también me puse nervioso, yo porque no esperaba que me dejara penetrarla, pensaba que no iba a querer, me sorprendió cuando acepto. Me puse tan nervioso que cuando me puse el condón e intente meterle mi pichula en su chorito, se me comenzó a pasar la excitación y mi miembro a ponerse lacio…, así que me tendí a su lado y comencé a masturbarme yo mismo mientras tocaba su clítoris, yo estaba tan caliente que sin pensarlo le dije que se masturbara ella misma, que no tuviera vergüenza... ella comenzó a hacerlo temerosa, pero poco después le fue encontrando el gustito y a calentarse mas y yo le chupaba los pezones y me masturbaba también junto a ella, así estuvimos un buen rato gozando y cada uno mirando como el otro se hacia la pajita… hasta que acabamos casi al mismo tiempo, ella con unos grititos de placer y yo gimiendo desesperado al eyacular… después me contó que era primera vez que se masturbaba, que nunca le había llamado la atención hacerlo, pero que ahora había tenido un orgasmo muy rico, que nunca imagino que pudiera hacerse gozar ella misma.

El Vizconde exhibicionista.

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