martes, 30 de abril de 2013

Cartas desde mi infierno (10)



“Se bajó los pantalones y su verga salió a la luz de inmediato ya que no llevaba calzoncillos, aun estando muy flácida daba miedo ver aquel enorme miembro, se sobó los huevos y se sentó comenzando a meneársela y a descapullarse, poco a poco su prepucio dejaba ver su capullo gordo y rosado que entraba y salía de su funda.” Relato anónimo.

La desaforada obsesión fálica me arrastró a ver más y más vergas en Internet, a leer relatos de masturbaciones, de mujeres y de gays, a ver fotos de grandes vergas, inhietas, orgullosas de sus tamaños y su duras erecciones, a ver videos de masturbaciones, de lentas e inquietantes erecciones, incluso de penes orinando, o eyaculando, así fui formando una colección de miembros viriles seleccionados, aquellos que más me gustaba ver y admirar. Y eso me llevó después a crear varios blogs fálicos, uno con fotos de vegas imponentes, otro de machos desnudos, y otro de videos de vergas, en masturbación o simplemente exhibiéndose. Rápidamente esos blogs tuvieron muchas visitas, pero nunca contacté a nadie, solo me limito a ir publicando el material fálico. Encontré penes curvos, otros muy largos o muy cortos, muy delgados o muy gruesos, con largos prepucios o circuncidados. Algunos me atraían más que otros,  algunos pocos no me llamaban la atención o no me gustaban. Los falos de negros, aunque son muy grandes y gruesos, en general no me gustan. Prefiero los de blancos, muy pálidos, suavemente rosados, depilados, También me interesaron los penes de los transexuales y de travestís, que poseen una extraña feminidad a pesar que son órganos de macho. Una cosa importante, siempre prefiero ver fotos y videos en que no se vea el rostro o el cuerpo entero del macho, si no solo la verga, así disfruto más porque me focalizo en el miembro, así es más impersonal y no siento que estoy haciendo algo gay. Es raro pero es así. Tampoco me gusta ver vergas en una pareja de gay teniendo sexo. Tampoco soy bisexual, para nada, creeme, no me gustan los hombres, la Baronesa la cree solo para explorar mi lado femenino, mi gusto por las vergas y las travestís, nada más. No hay nada escondido en eso. Soy definitivamente un macho, me gustan demasiado las mujeres, aunque me inicié en el sexo muy tarde, a los 21 años, a la fecha he tenido relaciones con más de 50 mujeres, sin contar prostitutas. Mis mascaras son una defensa de mi intimidad, nada mas. Y no siento que engaño pues no juego con falsedades, solo me escondo en las penumbras, resguardo mi ser formal, real, y a los seres que me importan Sé que todo esto no es fácil de entender y aceptar, pero es lo que soy, es lo que me gusta y motiva, también sé que soy una persona extraña, distinta, pero soy esencialmente bueno, trato de no dañar a nadie, respeto a todos, juego mis juegos solo, y los que me quieren deben quererme así. Es lo único que pido, que no intenten cambiarme.

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