“Con las joyas de oro y
plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te
prostituiste ofreciéndoles culto.” Ezequiel 16:17
Y ahora una breve explicación, me dices que te habló
de un americano y en ese ayer de otro individuo, no amada, son el mismo, solo
que antes no te dije su nacionalidad, no te di mas detalles pues me sentía muy
mal con ese engaño al que te sometí. Nunca me lo voy a perdonar, creeré, solo
me justifica el temor por mostrarme con mi verdadera personalidad e identidad,
en ese tiempo de aun no te conocía como te conozco ahora, y como te conté
cuando te dije mi verdad, venía saliendo de una relación virtual con una mujer
a la que le había contado ciertas intimidades y ella llevada por terribles
celos las expuso públicamente. Eso me dejó miedoso de exponerme sin conocer
absolutamente a la persona en quien confiar. Además, como te he contado, cuando
tú apareciste en mi vida yo estaba viviendo esa obsesión fálica con el miembro
viril de Gilbert, y torpemente, lo reconozco, mezclé ambas instancias. También
se dio que por ese tiempo yo no tenía cámara para hacerme fotos, y un punto no
menor; llevado por esa fascinación por el pene como un ídolo (recuerdas?)
encontraba que mi verga era pequeña y poco atractiva, comparada con la de
Gilbert. Sé que esto que te he explicado no justifica mi engaño, pero es la
explicación verdadera de mi actuar, además quiero que sepas que esa artimaña
fue solo en las imágenes, todo lo que te decía, escribía, era sincero, mi Amar,
mis deseos, mis ansias de ti, mi necesidad de tu cercanía, era reales y
concretas, como espero habértelo demostrado durante estos años. Me dices en tu
cartita que sufres no poder hacer nada que te permita luchar como mi potranca,
amada mía, tú haces mucho por mí, ni te imaginas, tu me das el Amar, me das el
deseo por ti con tu hermosas y eróticas imágenes, me ayudas vivir mis locas
fantasías, me das el sexo que necesito y deseo, me comprendes y aceptas con mis
virtudes y defectos, con mis quebrantos y obsesiones, me aceptas como soy a
pesar que sé muy bien que mucho de mí va contra tus principios, contra tu moral
y tu forma de ver la vida, ahora mismo, al leer mis cartas desde mi infierno y
escribirme sobre ellas me das una indulgencia y tolerancia que nunca esperé
encontrar, y todo esto que me lo das con la delicada ternura de tu Amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario