jueves, 25 de abril de 2013

Cartas desde mi infierno (6)



“Te envío flores que recogí en un burdel. Sobre su puerta figuraba un falo en erección. Esta casa tenía más flores que las otras. Quizá porque los espermas de los penes de la Antigüedad, al caer al suelo, fecundaban la tierra”. Gustave Flaubert.

Amada, he leído y releído muchas veces tu cartita, y me ha llenado de felicidad, he sentido tu Amar, tu comprensión y tu preocupación, he sentido esa conexión indisoluble que une para siempre a dos seres que se aman con todo ese Amar que tú me ensañaste. Y sentí como tu ternura iba curando mis heridas, dándole paz a mi alma, acogiéndome en tu regazo como a un niño extraviado. Y he sido feliz al sentir toda esa cercanía. También me alegró mucho saber que habías leído mis cartas desde mi infierno, la verdad es que pensé que no lo harías, que partirías leyéndolas por curiosidad pero después te desagradarían, te asquearían, y finalmente dejarías de leerlas. Pero amada mía, ayer estuve casi todo el día escribiéndolas para ti, como si te estuviera hablando al oído, aun suponiendo que no las leerías, solo confiaba en que no te molestarías con mi insistencia en hablarte de mis “sentires especiales”. Y después de sacarme de dentro de mi alma esas espinas enquistadas de tantos años sentí una hermosa sensación de liberación y de calma, nunca conté a nadie estas cosas tan intimas, y si fuiste tú la elegida es porque sé que tu Amar me acompaña siempre. Y también porque como te he dicho he dejado todo por ti, ya no tengo amistades por Internet, ni las busco, decidí que si no eres tú la persona a quien me entregaría totalmente no sería nadie. Ahora quiero tranquilizarte, te insisto, no soy gay ni tengo inclinaciones homosexuales, las escasísimas experiencia que he tenido con hombres solo han sido experimentaciones y curiosidad, y a la vez me han confirmado que no me gustan los hombres, que prefiero claramente a las mujeres. Por otra parte, todos mis juegos fálicos han sido y son virtuales, escondido en el anonimato de Internet, detrás de mascaras anónimas, en eso he tenido mucho cuidado siempre, y con eso he cuidado mi identidad y mi vida real, esa realidad que a ti cariñosamente te preocupa. Amada, necesito que entiendas muy bien que esos “sentires especiales” son para mí solo una necesidad sexual de fantasías, de eróticas imaginaciones para gozar el sexo en la solitaria masturbación. Como te he dicho muchas veces soy un hombre muy ardiente, desde muy joven, en mi adolescencia y antes de casarme necesitaba masturbarme todos los días, después mas adulto, ya casado, tenia relaciones 4 o 5 veces por semana, siempre tenía dos o tres amantes, pero estos últimos años fui dejándolas para dedicarme a mi esposa, desafortunadamente ella entró en una etapa en que el sexo ya no le interesa. Entonces no me quedo otra opción que la masturbación pues ya no quiero más líos de infidelidad. Y para masturbarme necesito excitarme, y eso es lo que me llevó a los juegos fálicos. Son otra manera de excitación, nada más. Como debes saber, en el sexo tarde o temprano se cae en la rutina y eso lleva inexorablemente a la exploración en busca de nueves fuentes del goce físico. Tu sabes que para mí el sexo una de las cosas más importante de mi vivir. Es mi naturaleza, y como escribió el filósofo Francis Bacón; “A la naturaleza se la domina obedeciéndola”.

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