lunes, 12 de agosto de 2013

Cartas desde mi infierno (49)



Estaba ansioso por verla y  poseerla, habíamos intercambiado varias cartas muy calientes y yo tenia muchas ganas de gozar junto con ella. La espere solo con slips y la camisa. Hacia un buen rato que estaba tocándome la pichula, pero cuando se me ponía durita dejaba de hacerlo para no acabar antes de que ella llegara. Le abrí la puerta y nos abrazamos, después le ofrecí bebida y rápidamente la invite a pasar al dormitorio, Conversamos un rato, yo recostado y ella sentada a mi lado acariciando mis piernas. Le dije que me iba a dar una ducha y que ella se acostara mientras tanto. Cuando volví del baño desnudo ella aun estaba vestida, me acosté mientras ella se desnudaba. Quedo en ropa interior, unos cuadros chiquitos y un sostén blanco que apenas contenía sus grandes y ricas tetas, la erótica visión me calentó mucho y mi pene comenzó a hincharse lentamente. Se acostó a mi lado y nos abrazamos sintiendo nuestros cuerpos tibios y desnudos. Comenzamos a acariciarnos y besarnos, cada vez mas desesperados le pedí que se sacara el sostén, ella se lo saco y pude ver sus ricos senos con sus grandes pezones oscuros, tal como me los había imaginado mientras me masturbaba leyendo sus cartas pornográficas. Con muchas ganas comencé a chuparle sus pezones, esos ricos círculos café oscuros con un durito botoncito en el centro, mientras le chupeteaba ella con su mano se llevo el seno hacia su propia boca y también empezó a chupar su pezón junto conmigo, nuestras lenguas húmedas, calientes y desesperadas se encontraban en el rico pezón lengüeteándonos los labios las lenguas…y después nuevamente el pezoncito rico. Después de gozar así muy juntitos, jugando con nuestras leguas en su pezón, ella comenzó a recorrer mi cuerpo con su lengua húmeda y caliente. Lo recorría completo, chupaba mis tetillas, que se erectaban al sentir su lengua y su chupeteo, mi pecho, el abdomen, mis piernas, hasta que llego ahí, a mi miembro, que la esperaba ansioso. Comenzó a lamerlo, completamente, me pasaba su lengua por mis testículos, sentí como sus labios aprisionaban mi glande y el pico se empezó a endurecer y a pararse. Yo sentía muy rico, y me quejaba con suaves gemidos de placer. Pronto sentí su lengua moviéndose entre mis testículos y mi hoyito anal. Finalmente se quedo engolosinada en mi hoyito, lamiéndolo, intentando penetrar en su sensible profundidad, era una delicia especial sentir esa lengua, húmeda, caliente, dura, penetrando allí en mi ano, me sentía violado suavemente, mi mente me hacia sentir que era una pichula intentando la penetración…de pronto unía la sensación del chupeteo de mis tetillas erectas y esa lengua durita penetrándome…me sentía poseído, penetrado, violado. Cuando estaba por acabar, le pedí que se recostara a mi lado y comencé a besarla y a tocarle su chorita con mis dedos, mientras la masturbaba le besaba sus ricos pezones, ella se excitaba cada vez mas, al igual que yo, cuando vi que estaba muy caliente, le mostré un pichulón que había preparado antes que llegar. Este pichulón, era una zanahoria elegida especialmente, era del tamaño de un pene normal, pero más delgada en la punta. La había metido dentro de un globo de color rojo fuerte y se asemejaba muy bien a un pico. Se la mostré y le pregunte si quería disfrutarla, me dijo que si la tomándola se la comenzó a pasar por su chora caliente, refregándola contra su clítoris, así estuvimos un buen rato, ella masturbándose con la zanahoria y yo corriéndome la paja, excitado por la visión de su calentura.

Continua.

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