“Coloca el dedo en la base
de su pene, en el punto exacto donde se une a los testículos. Dibuja con la
punta del dedo un anillo alrededor de la base de su miembro, entonces dibuja
otro alrededor de su escroto justo en donde se adhiere al cuerpo.” Ritual de
Sexo Tántrico para el pene del hombre.
(Un sueño de la Baronesa)
Entro en la habitación y tu estas sentado cómodamente,
completamente desnudo, tus manos a los lados y con tu miembro erecto, en
actitud desafiante de macho que muestra su virilidad sin complejos, yo estoy
maquillada perfectamente, visto una tanguita negra muy pequeña que apenas
oculta mi clitito tierno, fláccido, femenino, un brassiere negro chiquito y
apretado que hace resaltar mis grandes pechos, unas medias oscuras con ligas y
unos tacos negros muy altos, me cubro apenas con una robe de chambre negro muy
transparente, un detalle especial son mis aros de argolla blancos que
contrastan con el negro sexy que visto. Tu me miras ansioso a los ojos y luego
diriges tu mirada a tu verga, como indicándome que esta dispuesta para mi, como
invitándome u ordenándome que esperas que al fin te dé mis artes de mamadora
voluptuosa y viciosa, te sonrío coqueta y me acerco a ti hincándome ante ese
falo erecto y duro. Lo tomo delicadamente con mis dedos pulgar e índice y del
corazón, con esos tres dedos de uñas pintadas, siento la dureza de tu miembro y
a la vez su suave piel en mis deditos y muy suavemente comienzo a correr y
descorrer su piel, como masturbándolo y acariciándolo a le vez, con mi otra
mano acaricio con femenina suavidad tus bolas, las siento tensas, siento el
escroto lleno de esos testículos de macho, me inclino hacia esas bolas
calientes y levanto el pene para dejarlas expuestas a mi boca, huelo ese
intenso olor del macho excitado y lo aspiro profundamente, deslizo mi lengua
húmeda, ardiente por la costurita que separa las bolas, siento su pequeña y
alargada rugosidad, subo y bajo varias veces por esa línea de piel, escucho tus
quejidos de placer y eso me excita más aun. Mientras sigo masturbándote a tres
dedos le doy besitos a tus bolas por todos lados, y luego levanto un poco mi
rostro y enfrento tu verga, esta muy dura, el rosado brillante de su glande
resalta contra la tierna piel de su tronco, mientras una de mis manos siguen
acariciando las bolas en su base, llevo la otra a la base del miembro y lo
aprieto con mi pulgar y mi índice como un anillo, te quejas de placer y veo
como tu pichula se endurece mas y se mueve con periódicos latidos. Comienzo a
besar el glande, la puntita, en su ojito sensible, después paso mi lengua
mojada en mi saliva caliente por todo el glande, una y otra vez, siento su
suavidad tensa, deliciosa, y luego bajo por el tronco dándole besitos,
lamiéndolo, como en espiral, subo y bajo por el varias veces, tus quejidos me
indican que ya no aguantas, que quieres el máximo placer, y entonces vuelvo a
la puntita de tu miembro y muy lentamente lo voy metiendo en mi boca,
lentamente, todo, entero, hasta su base, lo siento como va penetrando en mi
boca, llenándola completamente.
Continua.
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