FANTASIA DE UNA BARONESA
Entonces inicio la mamada, mientras mantengo la
succión lo dejo salir de mi boca, pero no completamente, solo hasta que el
collar del glande quede aprisionado en mis labios, y de ahí lo vuelvo a meter
entero en mi boca golosa una y otra vez, variando la succión una y otra ves,
tus quejidos aumentan en intensidad y eso mas me calienta, saber que te estoy
dando el placer que deseaba tanto darte, acelero mi mamada mas y mas, ya
entregada al goce de sentir ese miembro atragantándome, llenándome la boca,
ahogándome cuando llega al fondo de mi paladar. Sigo cada vez mas excitada, te
chupo, te succiono, te mamo, mis labios suben y bajan por tu pichula
envolviéndola, chupo, succiono, mamo,
estoy loca de placer con ese pico duro en mi boca, te muerdo suavemente
para que sientas mis dientes, te chupo succionando muy fuerte, das un gritito
de placer y sigo mas y mas rápido chupándote, subiendo y bajando mis labios que
aprietan el tronco delicioso, chupo, succiono, te mamo con fuerza, siento que
ya te vienes y subo y bajo mi cabeza muy rápido, apretando y succionando a la
vez con todas las fuerzas de mi boca y
mis labios, acelero mis chupadas mas y mas, en eso siento como un leve golpe de
tu pichula en mi paladar que me avisa que te vienes, me meto tu verga hasta en
fondo de mi boca y al sacarla siento el chorro de semen muy caliente que se
derrama dentro de mi boca, sigo succionando y chupando mientras siento los
breves chijetes de semen que me ahogan, siento su sabor dulzón y me lo voy
tragando con delicia, sigo chupando mas suave para sacarte hasta la ultima
gota, tu das quejidos más y más suaves, siento escurrir tu lechecita ardiente
por la comisura de mis labios, tu miembro lentamente va perdiendo su erección
dentro de mi boca, sé que se te pone sensible cuando ya has acabado y aunque lo
mantengo en mi boca solo lo dejo ahí quieto, para sentir como va decreciendo en
tamaño y dureza, poniéndose cada vez mas tierno y pequeño, cuando ya es apenas
un botón de carne, blando y pequeño, retiro muy lentamente mis labios de el,
lentamente, hasta al final apresar el prepucio muy blando y tierno, y
apretándolo con mis labios lo estiro hasta que lo suelto echando mi cabeza para
atrás. Te miro y estas con los ojos cerrados, recostado hacia atrás en el
sillón, tu rostro sonríe y tiene la actitud del relax y del placer consumado,
entonces sé que hemos cumplido nuestro sueño.
El Vizconde enmascarado
No hay comentarios:
Publicar un comentario