CONEXIÓN
“Señalemos, por último, que
la expresión «mujer fálica» se utiliza a menudo, en sentido figurado, para
calificar a una mujer que presenta rasgos de carácter supuestamente masculinos,
por ejemplo una mujer autoritaria, pero esto sin que se sepa cuáles son
exactamente los fantasmas subyacentes”. Diccionario Psicoanálisis.
Casandra, lejana amada siempre cerca, no sé si me
lees, ni siquiera sé si abres estas cartas que te escribo desde mi infierno, y
si las lees no sé si te asquean, te repugnan, te desagradan, o las lees con
curiosidad o con la ternura y comprensión de una madre con un hijo que ha
desviado su camino, no lo sé. Pero al escribirlas y mostrar ante tus ojos mis
intimas y extrañas perversiones siento en mi ser esa cálida complicidad
clandestina, esa tierna indulgencia que nace en el secreto de nuestro Amar, esa
conexión indisoluble que nos une más allá de todo. Sé que si bien para ti esto
ha de parecerte aberrante, de alguna manera tú me puedes entender y aceptar
así, con mis defectos y virtudes, sin juzgarme, si no solo como observando mis
raras exploraciones por las selvas del sexo. Sé que a pesar de tus desapruebos
te interesa ir viendo como plasmo ante ti mi vivir. Tus breves palabras me dan
esa conformidad, me confirman con dulzura que eras tú el ser ante el cual podía
develar los laberintos y las cloacas por donde fluyen mis deseos. Sigo pecando,
sigo inmerso en mi pervertida y anormal obsesión, sigo excitándome ante
erguidos y carnales ídolos fálicos, ante sus erecciones majestuosas, no lo
niego ni lo oculto ante ti, y es que no puedo evitarlo. No he podido llegar a
saber el misterio de esta atracción obsesiva, no sé si es una envidia natural e
instintiva por esos tamaños y grosores descomunales, o por esas erecciones
tiesas, duras, potentes, en comparación con mi pene normal y quizás hasta
pequeño, que ya no alcanza esas durezas orgullosas. O es un asombro atávico que
nace desde lo más profundo de mi sexualidad, en esa área escondida del
componente femenino que todos los machos tenemos siempre latente en el fondo de
nuestro ser. O es el goce visual de oscuras e intensas sensaciones sensuales,
que van más allá de lo masculino-femenino, donde los sexos se confunden en la
búsqueda a como de lugar del incesante de placer físico, que por lo demás
siempre he pensado que puede justificar las miserias y dolores de la vida. O
por ultimo, porque un pene erecto es la mejor representación del poder
masculino, machista, que se puede encontrar en la naturaleza, con su potencia
pene-trante y creadora de vida asociada a las delicias del éxtasis que provoca
el goce sexual. No lo sé, pero sigo explorando mis instintos para llegar a
conocer este misterio y compartirlo contigo, y así consumar una vez más nuestra
inalterable conexión en el Amar.
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