HOY, ANTE TUS IMAGENES
“La masturbación es un acto
de redescubrimiento; los pequeños obtienen placer activo en la auto-exploración
y el contacto, sólo posteriormente sienten culpas o inhibiciones al respecto.
Nos permite aprender acerca del propio erotismo, a valorar nuestros genitales y
a disfrutar de nuestra propia excitación u orgasmos. La masturbación es un
abandono al propio placer; es amarse, ser autocomplaciente, soltarse física,
mental y emocionalmente. Ayuda a relajarse y a aliviar tensiones sexuales,
fisiológicas y psicológicas”. Anónimo.
Son las siete de la mañana, todos duermen, me siento
con mi café y mis cigarrillos frente a la pantalla y abro el correo, y ahí
estas tú, hermosa y excitante en las seis imágenes que me has enviado ayer y
hoy, las observo con deleite, en detalle, una a una, mis manos y mis labios y
mi lengua las recorren, las palpan, las acarician, las tocan, las besan, mi
lengua lamen ciertos rincones, ciertas protuberancias, mis ojos las devoran con
el embeleso insaciable de mis deseos, mi pichulita se mueve involuntariamente
bajo el pijama, la acaricio suavemente con mi mano por encima de la tela y
comience a ponerse mas durita, se despierta ante ese amanecer de tu erótica
desnudez, sigo espiándote en cada imagen, buscando esos pormenores que me
calientan más, los vellos ralos y olorosos, la aureola del pezón, el surco
húmedo de tu vulva, mi verga se pone rígida, dura, la saco de su escondrijo y
la tomo con mi mano, la siento caliente, tiesa, ansiosa del goce que sabe que
vendrá, entonces inicio una suave masturbación mientras voy mirando con ojos
ávidos una a una tus imágenes, en un orden voyerista; te veo con tu uniforme,
formal, miro la suave y pálida piel del triangulo de tu escote, deslizo por
ella mi dedo sintiendo tu tibieza amada, miro tu brazo alzado, tu mano que
imagino ahora pajeando mi pichula paradita, ahora veo ese pezón protuberante
bajo la transparencia del body negro y lo toco con la yema de mi dedo del
corazón, siento su tacto durito y edípico, después mi mirada se dedica a la
imagen de tu mano sobre tu rica teta ofreciéndome su pezón para que yo lo mame,
succione, muerda, chupe como un bebé incestuoso, me quedo un momento con la
vista fija en tu mano tu seno tu pezoncito y mi mano masturba más y mas rápido
mi pico parado, en ese momento me grabo en video para mostrarte mi homenaje
onanista a estas visiones del paraíso que me has regalado, luego contemplo la
fotografía de ese rico pezón solito, ese tete de mis ansias, la puntita de mi
lengua asoma entre mis labios y lo toca, recorre su aureola ensalivándola y me
estremezco de un goce atávico, me convierto en un bebe hambriento pegado a la
teta de su madre en un instante de incestuoso placer compartido, mi mano
aprieta mi pichula para que no eyacule tan pronto, y miro fascinado la imagen
de tu mano mostrándome tu vellos púbicos, tu chuchita, que contemplo arrobado y
muy caliente, miro tus uñas con esas estrellitas como si cada una fuera un
pequeño cielo nocturno, recorro la visión entera de ese paraíso, casi alcanzo a
ver tu flor del sur, veo la zanjita cerrada de tu vulva que oculta el tesoro de
tu clítoris y los rosaditos y mojados labios genitales, mi lengua se pone
rígida y se inserta en ese canalito sexual abriéndolo, surcándolo, saboreando
sus jugos, hasta llegar el botoncito que esta erguido por los deseos y lo
punza, lo lame se revuelve en el buscando tu goce de hembra, mi mano continua
pajeando mi falo ya descontrolada, y llego finalmente a la imagen delicadamente
obscena que me regala la visión del tu sexo más cerca, tu vulva deseada
expuesta a mi calentura de potro macho,
casi puedo ver tu florcita del sur, veo tu vulva tan cerca que hundo en
ella mi lengua sorbiendo tu néctar, hurgando tu sexualidad, lamiendo ese surco
del placer, y mi mano se acelera sobre mi pichula, y la pajea con loca
desesperación, mi boca te nombra dos, tres, cuatro veces ya en éxtasis hasta
que lanzo una jugosa y densa eyaculación que va escurriendo por mi mano, me
lleno de un maravilloso goce sexual y mientras me voy relajando lentamente te
nombro y te susurro en tu oído un dulce “te amo”, despacito para que solo tu me
escuches, antes de salirme de esa ultima imagen veo la puntita de tu uñita como
un breve sol que amanece en el paraíso que me has regalado.
Tu Valmont, muy en ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario