“Las personas deberían probar, sí pueden, cumplir sus
fantasías homoeróticas sin sentirse etiquetadas como homosexuales, pues al
final de cuentas si son homosexuales y no se han dado cuenta, esa es la forma
más eficaz de hacerlo, y si no lo son, así estarán más seguros de su
heterosexualidad, y lo recordarán (si no tienen mente abierta) como una
"loca" experiencia”. Kevin.
Esa muy grata experiencia del trío me llevo a pensar
en como sería estar con otro hombre, pero no que él me penetrara sino
masturbarse juntos, tal vez yo tocar su miembro, sentir la sensación de apretar
en la mano otra pichula que no fuera la mía. Así que poco después comencé a
pensar en una estrategia para hacerlo con él pero sin que Juanito creyera que
yo era gay. Un día le dije que me había puesto de acuerdo con la Sra. Georgina
para hacerlo de nuevo entre los tres, lo que era mentira, y que fuera a mi
departamento a las 8 de la noche. El llegó muy puntual, yo estaba en bata pero desnudo
debajo, y le dije que él también se desnudara y se pusiera otra bata mía para
estar listos cuando llegara la Sra. Georgina, después comenzamos a conversar
tomando unos tragos mientras esperábamos que supuestamente llegara ella. Llevé
el tema de conversación al sexo, a la masturbación, como yo ya sabia, él tenía
problemas matrimoniales y me contó que hacia varios meses que no pasaba nada
con la señora y que lo único que hacia era masturbarse de vez en cuando. Yo le
conté que a mi gustaba hacerlo aunque tuviera mujeres. Por ahí entonces le
mostré mi colección de revistas porno, diciéndole que yo me masturbaba con
ellas. Él comenzó a verlas y a calentarse, como yo también estaba viendo me pasó
lo mismo, y como si no me diera cuenta dejé que mi verga erecta se asomara
fuera de la bata. Cuando él se dio cuenta, me sonreí y me abrí la bata dejando
mi verga muy parada al descubierto, y le dije que no importaba pues estábamos
entre hombres, y que me imaginaba que él también la tendría dura… reconoció que
sí, y entonces le dije que parecía que la Sra. Georgina ya no llegaría, que tal
vez se había arrepentido. Así que le propuse que mejor nos masturbáramos juntos
para no quedar calientes. Él aceptó medio avergonzado y le dije que fuéramos al
dormitorio para estar más cómodos. Allí nos desnudamos y comenzamos a pajearnos
cada uno por su lado en la misma cama. Como ya dije él tenia la verga muy chica
y delgada, incluso le costaba echarse el forro para atrás, estuvimos un rato
mirándonos cada uno el falo del otro mientras nos masturbábamos. Entonces,
cuando ya estábamos bien calientes le propuse que él me masturbara a mi y yo a
él, lo que acepto de inmediato. Yo le tomé su pichulita y comencé a correrle la
paja, y él igual a mí… nos íbamos poniendo cada vez mas calientes, hasta que
cuando lo vi bien excitado le tomé su verga y comencé a chupársela, al rato lo
incité a que él me lo hiciera, y él también me mamó mi pichula. Luego ya
demasiado calientes me puse en cuatro patas y le ofrecí mi florcita del sur, diciéndole
que solo me lo pasara y punzara, pero sin penetrarme. En esos momentos me sentía
una hembra en celo, una putita caliente, me movía para sentir mejor su
pichulita durita en la entrada de mi hoyito, mientras tanto yo me masturba
gozando por atrás y por delante!! Así seguimos un largo rato, luego me di
vueltas y comencé a hacer lo mismo en su hoyito... pero sin penetrarlo solo
pasando mi pichula entre sus nalgas y punzando en su ano. Hasta que ya
demasiado calientes nos comenzamos a masturbar cada uno mirando al otro hasta
que acabamos. Aun tengo la sensación de su pichula chiquitita y dura en mi
mano, después en mi boca y después entre mis nalgas. Fue una masturbada muy
rica, ambos estábamos muy calientes y las lechadas fueron abundantes!, de ahí él
se vistió mientras conversábamos de otras cosas, de repetir el trío con
Georgina, de que lo que habíamos hecho era solo cosa de calentura etc., incluso
le regalé las revistas porno para que se masturbara en su casa tranquilo. Poco después
debí dejar la ciudad y nunca más he vuelto a saber de él. Recuerdo que durante
el desarrollo de esta experiencia realmente me sentí femenina, en el sentido que
lo seduje, también recuerdo que no me dieron ganas de penetrarlo ni de que él me
lo hiciera a mí, lo que me excitaba era ver sea verga parada ahí y poder
tocarla..., y chuparla...!
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