viernes, 7 de junio de 2013

Cartas desde el purgatorio (4)



“El onanismo o masturbación es una de las prácticas más comunes del ser humano ya que, del mismo modo que como lo es alimentarse o evacuar, la masturbación y las relaciones sexuales en general son necesidades físicas de todos los humanos que tienen que ver con cuestiones muy profundas como el impulso, el deseo y el placer.”. Definición ABC.

Duro, erecto, sensible, rosado capullo asomado sobre la tierna piel del prepucio, brillante la tensa y tersa cabeza del glande. Falo prepotente, alto pene pene-trante, verga erguida y rígida, lanza enhiesta, carne tiesa ansiosa de manuales caricias. La mano la atrapa entre la palma suave y los dedos delicados y en sube y baja arrastra la piel que arde dando goce similar al de una virginal vagina, sube y baja, apretando, rozando, urgiendo, en el ritmo preciso que ese miembro viril necesita, mientras susurros y quejidos musicalizan el rito solitario. Hay roces, leves movimientos, breves e intensos espasmos y un gustito delicioso que recorre el cuerpo embriagándolo del dulce vino que bebió Onán. Incesante la mano propia aferrada al mástil soberbio del macho libidinoso sube y baja, corre y descorre, cubre y descubre, ahogándolo en olas de gozo. Y es una hembra solicita dócil doncella enamorada obediente meretriz insaciable, esclava siempre atenta, la mano sobre la méntula. Sigue el acompasado juego los dedos incrustados la palma encendida el vaivén desaforado, hasta que divinos estertores entre gritos y rugidos abren el sello del volcán y salta la lava incandescente en la sagrada eyaculación del semen. Es un chorro quemante denso y lechoso que la mano ordeñando exprime voluptuosa, hasta que la ultima gota cae consumando en plenitud el pecado. El destello sexual se desvanece en una grata y sensual modorra, cuelga mustio el tallo saciado la fiel mano reposa cansada y el macho exhausto suspira relajado, con los ojos cerrados.

El Vizconde masturbatorio.

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