sábado, 1 de junio de 2013

Cartas desde mi infierno (23)


PECADOS EN MOVIMIENTO

“Mi delicia es pensar que tu pene es mío
es parte de mi cuerpo
para mi placer
para mi goce”
Lady Morbo.

Hace casi tres años, en junio del 2010 creé un blog secreto, con un seudónimo distinto a todas mis otras mascaras, sin ninguna conexión con mi ser formal. En el he ido posteando videos fálicos, es decir miembros viriles en movimiento, pero de machos que aparecen solos, ya sea masturbándose, pavoneándose con su miembros erectos y de tamaños imponentes, o exhibiendo sus erecciones, es decir muestran como sus vergas parten chiquitas y fláccidas y se van irguiendo hasta alcanzar su máxima dureza, incluso algunos se ven orinando o balanceando sus penes como un badajo de campana. La mayoría son de acercamientos en los que no se ve todo el cuerpo y el rostro de poseedor de tales mentulas. Es un salón fálico, una videoteca fálica para machos, como yo, que gusten de voyerear los falos de otros machos. A la fecha contiene más de trescientos videos y lleva más de dieciséis mil visitas. No hay videos de parejas, ni hombre-mujer ni gays, y son videos amateur filmados por ellos mismos, por lo que se ven muy naturales y normales. Son solo vergas manoseadas o exhibidas por sus propios dueños. En general duran entre menos de un minuto hasta 5 o 6 minutos los más extensos. Este blog es mi mayor fuente de goces masturbatorios pervertidos. Cuando me vienen los secretos y obscenos deseos ver miembros viriles entro ahí como en una oscura caverna secreta y voy viendo esas breves películas, espiando a esos machos exhibicionistas y/o pajeros como si los estuviera mirando escondido por un agujero en la pared. Desde allí veo sus manos aferradas a su miembros erectos, subiendo y bajando por esos tallos carnales, sus glandes brillantes por la excitación, sus bolas moviéndose al compás de la masturbación, veo el chorro de semen que sale expulsado con fuerza en un denso arco lechoso, veo las ultimas lentas gotitas de leche en la punta de esas pichulas saciadas, veo las caras de éxtasis en el momento del clímax, los estremecimientos del cuerpo en el momento de la eyaculación. Veo esas onanistas fiestas fálicas e imagino, imagino, imagino. O bien veo el lento e inquietante proceso de erección, primero la pichulita tierna, lacia, pequeña y en descanso, como un gorda lombriz dormida, luego voy mirando ansioso sus movimientos al ir despertando con voluptuosa lentitud, y como se va irguiendo poco a poco, tomando forma de falo, descorriéndose el prepucio y aflorando el glande rosado, lustroso, con su suave piel tensa, incitante. Mientras mi vista esta fija en la pantalla mi mano me masturba al mismo ritmo de la masturbación o de la erección de aquellas vergas apetitosas. Después de ver dos o tres de esos videos eyaculo deliciosamente prosternado ante esas imágenes en morboso movimiento.
Tu Vamont pecador.



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